El otro día me preguntaron si tenía facebook , era una pregunta sin transcendencia, pero yo contesté que NO, y recibí un gesto de sorpresa por parte de la otra persona, incluso os diría que esta información le sirvió para catalogarme en cierto modo.
Pero yo me mantuve en mi NO, a pesar de que podía haber dado un montón de explicaciones, incluso dulcificado la respuesta .. pero me mantuve en mi NO y luego me quedé pensando.
Sí, soy una persona que no tengo facebook porque me encanta el momento de volver a ver a los amigos y ver la cara de Patricia cuando me habla de su cambio de trabajo mientras me tomo un café, o el esfuerzo de Isabel por escuchar lo que le cuento, a pesar de que el interés sea simplemente que me está pasando mi, mientras el pequeño Javier se la cuelga de la espalda para llamar su atención, Aunque se que Facebook está para mucho más que para eso. También soy una madre que no dio el mismo tipo de lactancia a ambas hijas porque viví con cada una de ella situaciones diferentes y porque con una la matrona que me atendió me pareció que usaba el sentido común y con la otra no. O una educadora que no me defino hacia la educación pública ni hacia la privada sino hacia una u otra escuela con nombre propio, y que creo en los maestros más que en las pizarras digitales, tablets o instituciones…, que en mi armario tengo ropa de dos tallas porque tengo temporadas más estupendas que otras, que sigo levántándome por las noches para ver si mis hijas están desarropadas pero que luego las dejo elegir entre calcetines o leotardos, Que no doy recompensas por las buenas notas pero dejo tomar una piruleta antes de comer de vez en cuando. Porque a veces hago lo que me sale del corazón y otras de la cabeza, o de las entrañas o del sentido común.
Nunca trato de hacer daño a nadie, eso sí, pero a veces digo NO. Y como veo que es necesario para poder ser uno mismo, independientemente de lo que piensen los demás, me parece necesario enseñárselo a mis hijas e incluirlo en su vocabulario.
A las corrientes educativas que lo rehusan les daría mucho matices. Pero, porque como habéis visto, no todo es blanco o negro os propongo alternativas para decir No sin usarlo:
Pregúntale a tu hijo si cree él que eso está bien. Una de mis frases de madre es “¿ y a ti que te te parece?”. Les ayuda a conocerse, a desarrollar su criterio propio y fomenta un diálogo entre padres e hijos más que imperativos.
Dale la opción correcta: “Recoge antes de ponerte con otro juego”, los hijos necesitan que les guiemos y saber qué es lo que esperamos de ellos.
Motívale, recuérdale que él puede hacerlo, trátale con confianza, da por hecho que lo va a hacer bien. Todos necesitamos que alguien crea en nosotros para no perdernos. Somos sociales.
Desarrolla la empatía, no lo dejes para cuando sean mayores, la imaginación que tienen ahora es una llave maestra para hacerlo. La frase: ” ¿ Te gustaría que a ti te hicieran …?” no pasa de moda y es por algo.
No te olvides de decir de vez en cuando NO y a continuación demostrarles que hay vida detrás de él.
Haceros con este libro, ” Le non” está en francés únicamente pero es muy visual y estupendo !
¡ Felices momentos !
María de Maybeadream
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