Dicen que lo mejor de un viaje no es tanto el lugar en el que estés, sino la compañia con la que disfrutes de dicho lugar. Pues esto es lo que nos pasó a nosotros en Barcelona.
Una de las paradas que teníamos este verano para nuestro viaje era Barcelona, y lejos de ser un viaje en plan visitas culturales, etc hemos aprovechado cada minuto para disfrutar de los titos catalanes y de los abuelos, que también emprendieron una gran aventura para vivir todos juntos unos días inolvidables.
De nuestras paradas, la más emocionante para mí, por descubrir junto a mi hermano, multitud de lugares de los que llevaba todo un año hablandonos y también de poder volver a lugares que ya conociamos pero a los que siempre gusta volver.
De los días en Barcelona tan solo deciros que hemos disfrutado de unos días muyyyy azules, llenos de magia, de grandes momentos, días familiares, de risas y nostalgia… donde lo más simple se ha vuelto lo imprescindible.
Hemos aprovechando para tostarnos un poquito al sol en la playita y esperar durante horas a que nos trajeran cada cosa que pedíamos (no cuñá? xddd).
Hemos conocido la famosa Moritz de la que tanto nos habían hablado los titos catalanes y la verdad es que es un gustazo comer en el sitio y visitar su tienda con algunos libros y productos taaan chulos. Además aprovechamos para hacer el gamba en ese sillón-coche.
Y como ir a Barcelona y no visitar el Bosque de las Hadas es casi impensable, pues ahí volvimos una vez más, sobre todo para que Vera lo conociera porque sabíamos que le iba a encantar.
Aunque si os digo la verdad… algunos de los mejores momentos que hemos vivido durante nuestros días en Barcelona (Sant Boi…) los hemos vivido en una terraza… si, sí… en una terraza, al fresquito, tomándonos una copa o un café, viendo las estrellas fugaces, pidiendo deseos, hojeando libros la mar de chulos como Sen(ti)mental de Alfonso Casas o de la Volatil de Agustina Guerrero, entre otros. ¿Se puede ser feliz en una terraza sin apenas sitio para todos?. ¡SÍ, SE PUEDE! xddd. Y no solo eso… sino que a veces, los pequeños e improvisados momentos se convierten en algunos de los recuerdos imborrables de nuestra vida….
VALENCIA
Nuestra última parada en el viaje, fue en Valencia, donde volvimos a pasear hasta que no nos sentíamos casi los pies, con el modo OnTurista pero viviendo unos días preciosos y reviviendo momentos guays de nuestra última visita a tierras valencianas en plan solteril y sin niñas xddd, un abismo vamos…
De todo lo que hemos podido ver en Valencia, a las peques sin duda lo que más les gustó fue el Oceanografic (aunque no tanto como nosotros pensábamos), también hay que decir que el calorazo que hacía y el cansancio que llevábamos encima de tanto día de viaje no ayudaba… y por supuesto el Parque Gulliver. Este parque les encantó!. Si por Vera hubiera sido, habríamos pasado todos los dias alli metidos xdd.
Además, pasear por el Jardín del Turia con las niñas tranquilamente, ver a la gente pasear, hacer deporte, ver a tantos peques por allí jugando sin parar… sin duda es genial.
Hemos aprovechado esos diitas también para volver a visitar algunas zonas de Valencia, el casco histórico, el mercado y uno de mis descubrimientos y que más me ha gustado ha sido el Mercado Colón. Me recordó mucho al Mercado Victoria de Córdoba. Allí un alto en el camino y un zumo de coco riquísimo para seguir caminando por la zona que me sorprendió positivamente por la cantidad de tiendas de moda infantil, juguetes, etc que hay. Así como la zona de Ruzafa, que me pareció que está llena de barecitos chulos totalmente kid friendly.
En uno de nuestros últimos paseos pasamos por la galería Jorge Juan, al lado del Mercado Colón y la verdad es que me quedé enamorada de alguna de sus tiendas de ropa infantil. Allí aprovechamos para visitar la tienda de Dideco y Vera se trajo un super mapamundi magnético enooorme y algo complicado para ella, pero que seguro sacará mucho partido.
Destacar de esta ciudad alguna de las comidas o cenitas chachis que hemos tenido desde un indio donde casi muero con el pollo vindaloo, hasta un vegetariano, Copenhagen, o uno de los sitios más bonitos para comer, La Ferradura, con vistas al mar y zona de juegos para peques en la playa de la Patacona.
Es difícil quedarse con algunos de los momentos porque ha sido un viaje laaargo pero muy emocionante… con momentos más agradables y menos ¡como todo viaje! xddd pero que nos deja un sabor de boca genial para empezar septiembre a tope. ¿Y vuestra vuelta como está siendo?
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