Pues la verdad es que yo ni me acuerdo, pero intentaré ponerme al día pronto antes de que llegue el siguiente peque. Y esto viene al hilo del siguiente tema: el destete nocturno.
Para variar, nuestra pequeña Coquito, nos ha vuelto a sorprender.Este verano, en julio, me enteré de que estaba embarazada. Las molestias y el cansancio me hacían tener la imperiosa necesidad de descansar más y con los continuos despertares de Coquito (que por suerte ya se iban espaciando) y darle teta no podía. Así que aprovechamos el momento.
¿Qué hicimos?
Pues leer mucho y, lo más importante, ver señales de maduración en ella. Como siempre, nos hemos basado en el respeto. Ese respeto que nos impedía dejarla llorar para conseguir ningún objetivo, y menos educativo, pero también un respeto a mí misma para no continuar con algo que para mí no era cómodo ya. Si bien, el modo más respetuoso habría sido esperar a que ella misma dejara de pedirlo (eso hay que dejarlo claro).
Y así Coquito cumplió 26 meses y llegó el momento, un tanto improvisado y a modo de prueba. Una prueba superada con éxito desde el primer día gracias a consejos y ayuda o al menos palabras de ánimo de asesoras de lactancia (gracias Patricia del Centro Mímame por escucharme continuamente) y páginas como la dormir sin llorar. Todo esto se unió a que pude acudir a la presentación del libro de esa página que os acabo de mentar por Roberta Bastiani. Ella es una gran persona y madre que junto con otros miembros convirtieron lo que comenzó siendo una comunidad en una página con foro a ayuda a muchísimos padres que se preguntaban si algún día dormirían toda la noche.
Comenzamos viendo un cuento en el que unos niños dormían juntos, con peluches y agarraditos de la mano. Eso llamó la atención de nuestro tesoro. Además añadimos el cuento de la teta cansada, un libro de descarga gratuito, de esa página web de dormir sin llorar en el que explica que la teta también debe dormir y descansar. Yo le prometí a Coquito que estaría con ella toda la noche, como todas las noches, pero que nos daríamos un abrazo o nos agarraríamos de la mano y que por la mañana tendría su tetita como siempre. Ella lo entendió y lo aceptó de muy buena gana. ¡¡Qué sorpresa!!
Así seguimos estableciendo unas rutinas para la siesta y la hora de ir a dormir. Esto nos facilitó muchísimo la tarea. No hubo llantos y, aunque aún había algún despertar, los desvelos fueron siendo cada vez más pequeños y menos continuos. También la lactancia continuó, sin ser por la noche, y con ella también el colecho. Ese famoso tetris en la cama que adquiría nuevas variantes.
Sé que muchos/as pensáis en destetar, en acabar con el colecho y en muchas cosas más sólo por conseguir esa noche soñada. No es sencillo, pero parece que todo llega. Así que para animaros en los momentos difíciles os lanzo unos pequeños consejos:
Me parece vital entender que la lactancia nocturna tiene un papel fundamental en la alimentación de los bebés pequeños en los que esa lactancia es a demanda. En este caso, yo me estoy refiriendo a un destete de bebés mayorcitos.
No hagas caso de los típicos mitos que te dicen que a los tres meses ya duermen del tirón, que no debe dormir contigo, y otras lindezas que no nos hace falta repetir. Esta decisión debe ser tuya.
Recuerda que este destete es deseo tuyo, no de tu hijo. No lo hacemos por su bien, sino por el nuestro. No vale decir que le estemos haciendo un favor y menos si esto va a implicar sufrimiento.
Intenta que no coincida con ninguna crisis de lactancia. Nosotras, una vez superada la crisis de los dos años en la que se volvía más dependiente (mamaba más que siendo un bebé de pocos meses), logramos el éxito de esta misión.
Incrementa el contacto con tu bebé durante el día. Ellos necesitan ese calor y cariño constante. Yo he notado que Coquito me pide más a menudo abrazos y mimos. Yo estoy encantada de dárselos. De esta manera, hemos encontrado nuestro equilibrio porque mi regazo sigue siendo su hogar.
Hay gente que aplica en PLAN PADRE: Ser el padre el que lo duerma o que una vez dormido, sea el que esté en contacto o acuda en su llamada. Esto a nosotros no nos funcionaba y lo descartamos el día uno.
No tener tan disponible el pecho, es decir, taparnos y darnos la vuelta o alejarnos un poco cuando el pequeño ya esté dormido.
Haz caso a tu intuición y no provoques sufrimiento innecesario. Si tu plan no funciona, no lo fuerces, desiste y, o inténtalo en otro momento, o cambia de plan.
No te indignes cuando oigas que otro bebé se duerme solo, duerme toda la noche, o que se ha quedado dormido mientras comía, jugaba... Cada niño es diferente y tiene diferentes necesidades. Algunos niños no duermen toda la noche, simplemente han aprendido a no reclamar a sus cuidadores porque fueron ignorados y no esperan ser reconfortados.
Mejora tu ritual de sueño. Establece el conjunto de pautas de precedan la hora de irse a dormir: el baño, la cena, los cuentos.... e intenta que casi todos los días sean iguales. Ayuda mucho que ellos puedan predecir lo que viene a continuación y no se exciten de más.Y con esto no me queda más que desearos SUERTE Y DULCES SUEÑOS sobre todo a esas mamás y papás osos panda que llevamos las ojeras de serie pero que cada mañana empezamos de cero mirando a nuestros peques y viendo que el amor no se agota no por no dormir lo suficiente.