Si, de verdad que el destete puede ser bonito (aunque duro también). A menudo lo que nos cuesta más es tomar la decisión que llevarla a cabo. Quizás es de las primeras decisiones que nos encontramos con nuestro bebé que implican un final. Un duelo. Terminar algo que os ha unido desde el primer día de vida. Algo que os une, que os ha hecho pasar ratos increíbles, algo que ha alimentado, ha calmado, ha dormido y ha llenado de amor a vuestros bebés.
En mi mundo particular de la piruleta de antes de ser madre, en mi mente había la idílica imagen de que el destete se haría de manera natural, cuando el bebé/niño quisiera. Y ojo, ¡que hay madres/hijos que así lo hacen! Pero amamantar es cosa de dos. DOS. D O S.
Lo pongo en mayúscula y repetidas veces, porque esto hay veces que a las madres se nos pasa por alto. Nos abanderamos y empoderamos de ser las almas que cuidan y velan por nuestros hijos, y a menudo, nos olvidamos de nosotras. Con esto no quiero decir que debamos vivir en un desapego, no me entendáis mal. La linea del respeto mútuo es muy personal, y no son las mismas las necesidades de un bebe de meses que de un niño de 2 años. Pero esto es MUY PERSONAL, decidir cuándo destetar solo lo sabéis vosotros dos, y el cuándo sucede en el momento en el que uno de los dos de esta díada está sufriendo.
En mi caso, con mi primera hija llegó alrededor de los 16 meses. Sobre todo referente a las tomas nocturnas. Las tomas no se alargaban más de 40 minutos, a menudo, sin llegar a desengancharse del pezón. El dolor de espalda era tremendo y la falta de sueño seguido empezaba a hacerme mella. En ese momento nosotros (yo y mi pareja) nos encontrábamos realmente perdidos. No sabíamos cómo actuar. Nos parecía IMPOSIBLE retirarle el pecho: no se dormía de otra manera, si no se lo ofrecía lloraba de una manera desconsolada, gritos, como si se fuera a morir. Así que, como siempre os digo, cuándo no sabes qué hacer acudes en busca de ayuda de profesionales que sepan guiarte.
Así fue como conocimos por primera vez a Miriam Tirado, y tengo que deciros que fue como un rayo de luz en mi maternidad. Nunca antes nadie nos había mirado, tratado y aconsejado con tanto respeto. Tampoco es que nos diera la dirección de El Dorado, pero sí que nos empoderó y nos hizo ver que teníamos que mostrarnos más seguros y convencidos de aquello que queríamos hacer.
Y aunque parezca una tontería, yo te hago esta pregunta: ¿realmente quieres destetar? Puede parecer muy simple, pero si no lo tienes claro, la operación destete seguramente no funcionará. Porque en los momentos duros dudarás, te mostrarás inseguro. El primer paso es ese. Estar 100% segura de que quieres terminar con esta etapa. El cómo: es muy relativo y depende mucho de cada familia y situación.
En nuestro caso optamos por una variante del conocido método padre que consiste básicamente en que la madre desaparece de escena por la noche y aparece el padre. Esto no lo hicimos de golpe, si no que empezamos a que Ramon la durmiera durante las siestas porteando por ejemplo, o en el carro en el caso de Julieta). A nosotros también nos servía mucho marcarnos fechas: tal día este cambio, tal día este otro (y veíamos si íbamos avanzando o no).
No fue para nada un cambio de un día para otro, se trató de un proceso que tanto en nuestra primera hija como en la segunda duró meses. Primero llegó el destete nocturno, la consolidación del mismo, utilizar distintas técnicas… ¿por qué? Pues porque cada hija era distinta y la calmaban y quería cosas distintas. Una se calmaba con la mochila de porteo, otra con el chupete, la una no quería saber nada de bibis de agua y la otra sí… ensayo – error.
Después del nocturno empezamos por el diurno ( ¿por qué me preguntáis muchas? Básicamente porque en nuestro caso y en nuestra familia funcionaba mejor así. Lo que a mi me atormentaban eran las noches, el día los iba llevando. Durante la noche tenía ayuda, durante el día no. ¡y ojo! destetar de noche no es sinónimo de dormir del tirón (muchas veces si, pero no es garantía) Lo que sí es garantía es que te partirás las noches con tu pareja en vez de comértelas tu sola como hacías antes.
Con el diurno, poco a poco fui determinando las tomas que eran más imprescindibles o necesarias, e ir sacando el resto. En mi caso al estar en casa 24h con ellas era más complicado que si iban a la escuela porque había menos maneras de distracción. Pero, personalmente, una vez empecé a dormir más de 4 horas seguidas, la vida de veía de otro color y todo me parecía posible
Con ambas llegamos al destete total a los 21 meses. Quizás con Julieta hubiera alargado un poco más, pero el dolor de pechos por el embarazo era tan grande que no podía soportarlo, así que decidí adelantar un poco. Coincidiendo con el cambio de residencia, las nuevas actividades y juegos, fue fácil. Es cierto que en este aspecto cada bebé es distinto y reacciona de manera distinta. No lo sabes hasta que estás dentro, pero como os he dicho al principio, lo que más cuesta es tomar la decisión.
A las semanas de no tomar ninguna toma hicimos un pequeño ritual: el de la FESTETA, inspirado en el cuento que escribió Miriam Tirado para acompañar a familias y niñ@s en el proceso del destete. Preparamos un pastel, pusimos las velas que representaban los años, meses y días que habíamos disfrutado de lactancia y dimos gracias de todos los momentos bonitos que nos había regalado. Es un buen momento para acordarte de todas las personas que te ayudaron, ya que no todos los inicios fueron fáciles, pero sí que podemos hacer que tengan un bonito final.
Yo desde aquí no puedo dejar de agradecer a Míriam Tirado por acompañarnos siempre aunque sea de manera virtual, y por escribir un libro tan bonito.
A Carla de Planeta Babetes que me ayudó tantísimo en mi primera lactancia, y que nunca podré olvidar aquel día en su casa intentando conseguir un agarre.
A Alba Padró por sus consejos virtuales, por sus vídeos y audios para ayudarme a mejorar la postura
A Anna y Neus de Moviment Nat que vinieron a casa a las 24horas de nacer Julieta para comprobar que todo estuviera bien y que pudiéramos disfrutar de la lactancia desde el primer momento.
A todas las mujeres de grupos de lactancia, a amigas, a mi pareja que me ha sostenido y ayudado en los momentos más oscuros… ¡GRACIAS!
Y no puedo terminar este post, sin mi parte preferida del cuento de la FESTETA que dice así:
Noah, la nube que nació contigo y que te abraza cuando mamas, esa que te hacer sentir tan bien, ya está en tu interior. Está guardadita en tu corazón… Ya no mamarás pero yo estaré contigo, y la nube, también
Gràcies Valentina i Julieta. Donar-vos de mamar, ha estat un regal