Muchos bebés se destetan sin que su madre lo desee, por desinformación cuando incorporan los alimentos, dado que priorizan el alimento y dan el pecho “ de postre”. Otras madres sin embargo desean destetar por distintas razones y no saben cómo.
A la hora de hablar de destete debemos diferenciar el destete espontáneo, es decir el que ocurre por propia iniciativa del niño y el destete dirigido o cuando es la madre la que toma la iniciativa. Lo ideal sería que el destete fuera de mutuo acuerdo pero esto no siempre ocurre.
Destete espontáneo o natural
Todos los niños se destetan tarde o temprano. No hay estudios bien hechos sobre la edad del destete espontáneo pero parece que está entre los dos y cuatro años.
Debe quedar claro que no existe ningún motivo médico, nutricional ni psicológico por el que hay que destetar obligatoriamente a determinada edad. Sin embargo, existe una presión cultural importante en contra del amamantamiento más de un año.
Destete dirigido
Una madre puede tener diversas razones para desear destetar a su hijo aunque éste no esté aún preparado. Puede tener razones médicas, emocionales, presiones familiares, sociales o laborales.
Es preferible siempre un destete gradual a uno brusco dado que en este último puede provocar ingurgitación mamaria (pechos hinchados, duros y doloridos) e incluso mastitis.
Al destetar de manera gradual (mejor semanas que días ) se permite a la mama adaptarse a la disminución progresiva de la succión y desde el punto de vista emocional también es más fácil para el niño.
El destete supone mucho esfuerzo ya que el niño necesita distraerse por otros medios ( juegos, cuentos, paseos, etc).
Se les suele ofrecer comida o bebida anticipándose a que tengan hambre o sed pero hay que entender que los niños también maman por afecto a su madre, para sentir su cercanía, por consuelo, si están cansados, con miedo o frustrados y aquí es donde se hace más difícil no darles el pecho y acostumbrarles a recibir el cariño y consuelo por otros medios.
La noche suele ser un momento especialmente difícil para un pequeño que espera mamar y no puede entender la reticencia de su madre. Los niños huelen y sienten a mamá y en cuando notan su presenta es fácil que quieran teta para dormirse.
El padre puede hacer que este proceso nocturno sea más fácil. ¿Pero cómo?
El padre aporta a su hijo una gran seguridad y al estar con él se siente tranquilo no relacionándole con la teta.
Aunque el lactante relaciona la teta a dormir, esta relación se puede romper poco a poco si el padre se involucra en el proceso de dormirles.
Se trata de intentarlo quizás los primeros días el niño llore y al final lo tiene que coger mamá, pero no pasa nada, es cuestión de tiempo para que el niño se acostumbre.
Es útil si los padres practican colecho, que el padre se ponga en medio, así papá será el primero en atender al bebé y ofrecerle afecto cuando se despierta.
Si el niño duerme en cuna, el padre se levanta y le arrulla un ratito. En ambos casos, si no funciona, se lo da a mamá.
Algunas parejas han hecho el plan “ padres” durmiendo el niño con el papá en otra habitación para así evitar que el niño huela u oiga a su madre y así conseguir tranquilizarlo sin el pecho de su madre.
Hay niños que se consuelan con sustitutos como el dedo o chupete en este proceso.
Por último, comentar que destetar separándose durante días del niño no es recomendable, ya que el niño se ve privado de manera brusca de la leche de su madre y de su presencia la cual es vital para su salud afectiva y emocional.