Hoy os traigo otras respuestas a consultas que hemos recibido en el email de el Consultorio de Mamá (consultoriomamy@gmail.com).
Las de la última semana las podíes ver aquí.
Esta vez, Nuria responde a 2 mamás y un papá con problemas muy diversos.
Os dejo con ellas, seguro que os sirven sus respuestas:
Buenos días!
Acabo de descubrir vuestros blogs. Me han encantado.
Me llamo Laura, soy mama de dos hijos. John de 7 y Gema de 6. Hace un año que me he divorciado y estoy muy preocupada porque los niños aun no entienden que su papá y yo ya no vivamos juntos. No tienen sentimiento de culpabilidad . Pero como dice mi hijo con que nos pidiéramos perdón ya no estaríamos enfadados. He leído mucho para intentar comprender lo que sienten. La verdad es que les ha ayudado mucho expresar y reconocer sus emociones. Pero me preocupa que tienen mucho miedo a que los abandone . En casa sobretodo les cuesta moverse solos ir al baño etc... Necesitan escuchar mi voz y últimamente no quieren ir al colegio, siempre se quejan que les duele algo para no ir.
No sé si me he explicado demasiado bien. Espero que me podáis dar alguna pauta para que puedan estar más tranquilos y que dejen de tener miedo a que los abandone.
Muchas gracias de antemano.
Hola Laura, lo has explicado muy bien. El proceso del divorció los niños han de pasarlo, como el proceso del duelo tras un fallecimiento. Tienen sus etapas y todas son normales. Por lo que cuentas creo que estás haciendo muy bien al permitirles expresar sus sentimientos, al hablar de sus emociones, y también puede ser muy útil para ellos que expreses tu las tuyas, que seas honesta emocionalmente.
Es normal que tengan miedo a perderte a ti también y por eso tienen miedo. Hablarles mucho, recordarles que los quieres, decirles que los has echado de menos cuando no habéis estado juntos, explicarles cuando vas a volver o cuando os vais a volver a ver, les ayudará a recuperar la confianza.
Ahora necesitan tu compañía y tu ayuda, y creo que es buena idea que vuelvas a acompañarles al baño si lo necesitan, que estéis juntos en la misma habitación, etc. Ahora es lo que necesitan y es lo que les ayudará a reponerse. En cuanto al colegio mucha paciencia e intenta que expresen lo que sienten. Seguramente les duela algo del cuerpo porque están sintiendo miedo. Todas las emociones se traducen en algo físico en nuestro cuerpo y ellos no lo saben reconocer, así que seguramente cuando dicen que les duele algo es que algo se les está removiendo por dentro.
Jugar juntos, planear días especiales para hacer algo, cocinar juntos, implícalos en las tareas de casa, pídeles ayuda y se sentirán importantes y conectarán mucho más aún contigo. Digo mucho más aún porque el hecho de que ellos te expresen sus emociones, te digan que podríais pediros perdón y ya está, etc , significa que están conectados contigo, que tienen la suficiente confianza para decírtelo, y eso es muy bueno.
Todas las emociones nos invitan a hacer algo, la tristeza nos dice que es tiempo de descansar y de curar heridas. De desahogarnos y llorar si hace falta. Es bueno no forzarnos a estar bien y permitirnos esos momentos. Puede que ver una peli los 3 en el sofá con unas palomitas sea una buena actividad para vosotros.
El miedo lo que nos dice es que vayamos con cuidado, que puede haber algún peligro, por eso tus hijos actúan así.
Estoy segura que poco a poco se irán adaptando, los niños tienen una gran capacidad de adaptación y, si tienen amor y cariño, crecerán y desarrollaran las mismas habilidades que si no hubiesen pasado por un divorcio.
Son muchas las cosas que podría decirte y no acabaría nunca.
Un consejo es que si te sientes muy angustiada por ellos consultes con un psicólogo especialista en estos temas.
Por otro lado te recomiendo dos lecturas: La primera es el libro Disciplina Positiva para padres solteros y el otro Emociones con cuento (más enfocado a cómo tratar las emociones de los niños pero muy útil también para ti).
Muchas gracias por contarnos tu caso. Un abrazo muy fuerte!
Nuria.
Hola me presento soy Deisy, tengo 30 años, casada, con 3 hijos. Resulta que mi niño del medio, que tiene 6 años, desde que nació fue el triple demandante e inmaduro. Todo me costó el doble con él, para dejar el pecho, para caminar, para adaptarse en el jardín, hasta en el colegio. Él es muy mentiroso, le he explicado de todas maneras que sus mentiras nos ponen muy triste, creo que a fines de año pasado fue la gota que rebalsó el vaso, la tía del colegio me llamó para decirme que mi hijo Bastián es mentiroso que maneja la situación y mentía a tal nivel que ella ( la tía) se siente confundida, algo que yo lo sabía pero nunca comenté en el colegio porque no había quejas y solo pensé que mentía en casa. El miente desde pequeño incluso mucho antes que naciera la 3ª bebé. Es tanta su mentira que he sufrido mucho, mi hijo de 9 años el mayor a veces lo imita, y cuando Bastián me dice que me está diciendo la verdad, le digo que le creo pero en mi está esa duda, ha visto psicólogos y nada hoy está comenzando con la orientadora del colegio que tiene nuestro apoyo como padres y nuestro hijo lo sabe aunque sé que debo recalcarlo mil y una vez, pero de verdad necesito ayuda para manejar ésta situación.
Muchas gracias
Deisy, lo primero de todo muchas gracias por escribirnos y desear mejorar en la educación de tus hijos.
Por tus palabras noto que estás realmente preocupada, imagino la situación y lo desesperante que puede llegar a ser. Hasta dónde mis conocimientos alcanzan, por tu escrito y todo lo que nos cuentas, yo creo que tu hijo tiene una etiqueta puesta y que está interpretando su papel. ¿Conoces la teoría de la profecía auto-cumplida? Se trata de que si a una persona le dices que es vago, será vago, si le dices que es sucio, será sucio, si le dices que es mentiroso, será mentiroso. Lo que le decimos a nuestros hijos se acaba convirtiendo en realidad por una razón muy sencilla: Para los ojos de nuestros hijos nosotros somos su referencia, las personas que más sabemos en el mundo, por lo tanto si les decimos que es mentiroso (o incluso si sólo lo pensamos pero se lo demostramos con nuestros lenguaje corporal de manera inconsciente) eso va a misa. Es una verdad absoluta. Así que, como no quieren defraudarnos, creen que deben cumplir con su papel (el que nosotros le hemos inculcado sin querer) y se esforzarán al máximo en llevarlo a cabo (y los pobres pensando que eso es lo que deben hacer porque es lo que esperamos de ellos).
Los niños no tienen la capacidad mental de un adulto y no razonan de la misma manera, y por muy extraño que te pueda parecer esto que te he contado, es así.
Así que mi primer consejo y desde mi humilde posición, es que eliminéis esa etiqueta. Puedes tener una charla con él y explicarle que él no es así. Que él, simplemente, es él: Bastian, tu hijo y que lo quieres con locura, haga lo haga y diga lo que diga. Las personas no somos lo que hacemos, y los niños necesitan recibir amor de manera incondicional. Es un proceso largo y creo que deberías coordinarte con toda la familia y con su profesora para conseguir que se deshaga de esa etiqueta.
Otra cosa que te recomiendo mucho es que programes ratos especiales con él, que lo planeéis juntos y que hagáis algo solos tú y él. A menudo los hermanos medianos les cuesta mucho sentirse especiales. El mayor lo es por ser el mayor, el pequeño por ser el pequeño, y piensan que ellos al estar en el medio no son nada especial. Ayúdale a recordar por qué es especial y su autoestima aumentará.
Además de esto, te recomiendo que vuelvas a hablar con un psicólogo. Si con el primero no obtuviste resultado te animo a que busques en diferentes páginas de disciplina positiva de tu zona (no sé de dónde eres pero tienes crianza positiva de Perú, disciplina con amor en Colombia, disciplina positiva México). Seguro que si buscas en Google puedes encontrar profesionales de la psicología que siguen esta disciplina.
¡Un abrazo muy fuerte!
Nuria.
Hola,
Soy Javi y hace casi tres semanas que sigo este blog, el de mamadeverdad, y criarsentirvivir. La verdad es que esta sección creo que puede ayudar mucho a la gente como yo. Os explico mi caso:
Soy papa de una niña de 3 casi 4 años de edad, y de un recién nacido de 1 mes.
Tengo bastante genio e intento controlarme como cualquiera, pero sé que existe gente con más paciencia y otra con menos. Yo me incluyo en el segundo grupo.
Gracias a estos blogs, he decidido que en "Casa Ya No Se Grita Mas" y lo puse en marcha desde el domingo pasado, con una bronca importante hacia mi hija, hasta el viernes pasado y justamente hoy de nuevo(Domingo). Para mi ha sido un logro estar 5 días sin gritarle, aunque parezca poco tiempo.
El caso es que no hace ningún caso, le puedo decir las cosas 700 veces que da igual, he intentado contar hasta 10/100/1000 pero da igual, no responde a lo que le digo. He leído que tocándole el brazo, hacer que me mire a los ojos, etc... puede ayudar, pero hay veces que ni con esas. ¿Cómo puedo hacer para que me haga caso?. Es desesperante, y solo oigo mi voz una y otra vez repitiendo lo mismo continuamente...me desespero y al final grito...que es lo que intento evitar. Pero hasta que no grito no hace caso...y no quiero "comunicarme" con mi hija a base de gritos, NO.
Os voy a poner un ejemplo muy tonto: ahora se le da por estar todo el día con el dedo en la nariz, y le he dicho unas 700 veces (y ni es broma) que coja un pañuelo y en el caso de sacarse "algo" que lo pegue en el pañuelo. Pues nada...por mucho que lo repita y repita no hace caso.
A ver si me podeis orientar...
Gracias y seguid así las tres, que de verdad, que ayudáis mucho.
Saludos
Javi
Hola Javi,
Quiero felicitarte por haber decidido que en casa ya no se grita más y por haber empezado por lograr 5 días enteros sin gritar. ¡Son muchos para ser la primera vez!
Sobre lo que nos cuentas, decirte en primer lugar, que los niños "desconectan" ante nuestros discursos y repeticiones. Realmente dejan de escucharnos en la décima palabra como mucho, sobre todo si lo que les estamos diciendo son órdenes o sermones.
Así que por un lado, te voy a proponer otro reto: Dejar de repetirle las cosas y, además, decírselas muy bajito. Sé que cuesta, por propia experiencia, pero puedes lograrlo. Estas 3 acciones están muy relacionadas entre sí: contra más repites las cosas más vas subiendo el tono de voz, contra más subes el tono de voz más te vas irritando por dentro, hasta que al final, explotas y gritas.
Antes de empezar con este cambio de actitud, habla con ella en un momento que la veas receptiva y explícale cómo vas a actuar: hablar flojito y que no le repetirás mil veces las cosas porque sabes que ella puede escucharte.
Las primeras veces no te escuchará, pero si tu actúas como le dijiste, ella lo verá y seguro que pronto empieza a cambiar de actitud y a estar más atenta. No le repitas las cosas y espera a que ella te pida que se lo vuelvas a decir porque no te había escuchado. Entonces, sin reproches, puedes decirle: "veo que ya estás preparada para escucharme, te decía que?."
Por otro lado, y para las situaciones que comentas, creo que lo que más os puede ayudar es el incluir a tu hija en las decisiones y el darle opciones a escoger. Por ejemplo, imagina que es la hora de salir de casa y le falta ponerse los zapatos y peinarse (independientemente de que lo haga sola o no). En lugar de darle la orden directa "ponte los zapatos" o "ven que te peino" puedes decirle "¿quieres ponerte primero los zapatos o ir a peinarte?". Que sea ella la que tome la decisión final. Puede que se le ocurra otra cosa y que también os resulte válida. Las opciones que les des siempre deben de estar dentro de unos límites aceptables y respetuosos para ambos.
Con el tema de los mocos. Puede que esa "manía" de meterse el dedo en la nariz no lo pueda evitar. Me explico: puede que esté provocada por la inseguridad normal que produce la llegada de un hermanito a casa. De repente la situación no es la misma, tiene que compartirte con "otro", si el bebé llora enseguida se le atiende, etc. Es un proceso duro para ellos y les genera inseguridad y necesitan un tiempo para volver a ganar en autoestima. Es muy muy normal, y aunque todavía no demuestre "celos" como lo que estamos acostumbrados a ver, estos pequeños detalles pueden ser señal de su nerviosismo. Mi propuesta es que te olvides del tema mocos, que le pongas un pañuelo en el bolsillo y que le digas muy bajito, casi al oído, que le dejas ese pañuelo por si lo necesita, y puedes añadirle un "ya sabes, y guiñarle un ojo" (por ejemplo, eh, solo es una idea). Y ya está, que os olvidéis los dos del tema.
Y por último, mi eterno consejo: programar una hora a la semana con ella, solos los dos, y si con mamá también es posible que pasen un rato solas, lo mismo. Se trata de que entre los dos escojáis el día, lo que vais a hacer, a qué hora, etc. Plantéaselo cómo algo que quieres hacer para estar con ella los dos solos, porque la quieres mucho y es muy especial para ti. La actividad que decidáis, tiene que ser algo que os guste a los dos y si es posible que implique colaboración mucho mejor: hacer una pizza, preparar manualidades, jugar en el parque, ir a nadar?.. En cuanto al día, tú puedes decirle que podéis tener vuestra "cita" en sábado o domingo (por ejemplo) y que ella escoja entre esos dos días (implicación y opciones limitadas). Podéis marcarla en el calendario para que pueda ver cuántos días quedan. Y durante una temporada, es muy buena idea que mantengáis vuestras citas para ayudarla a sentirse importante.
Ánimo con el reto y sigue leyendo sobre disciplina positiva, estamos seguras que vas a lograr cambiar el ambiente en tu casa.
¡¡Un abrazo!!
Nuria.
Hasta aquí el consutorio de esta semana.
Estoy encantada porque han sido tres preguntas sobre temas totalmente diferentes y, así, seguro que sirven a más de un papá o mamá.
En mi caso, el problema del último papá me es muy familiar y ya estoy poniendo remedio gracias a los consejos de Nuria.
Si no encuentras solución en estas respuestas, Estaremos encantadas de ayudarte. Manda tu consulta a consultoriomamy@gmail.com e incluiremos tu consulta la próxima semana. Estaremos encantadas de ayudar.
Y por último, os recuerdo que tenéis un montón de artículos sobre disciplina positiva en el blog de Nuria, Criar, sentir, vivir.
Y en de Mamá de Verdad encontraréis su diario, donde nos va contando cómo le va aplicando la disciplina positiva en su hogar.