Si un extraterrestre leyera mis últimos posts de esta sección podría llegar a pensar que cuando las mujeres nos quedamos embarazadas nos volvemos adictas a las compras, je je je. No es verdad pero tampoco es mentira. ¿Cómo resistirse a todos los escaparates que por arte de magia aparecen ante nuestros ojos dedicados a los bebés? Sí, sí, esas tiendas no las han abierto porque te hayas quedado embarazada. Antes ya estaban ahí, no se han puesto en tu camino ahora de pronto, pero tú antes te fijabas en los tacones del escaparte de enfrente o en los bolsos o en los ajustados vestidos de las tiendas de moda. Sin embargo, ahora tus ojos se van detrás de patucos, bodies, mantitas, ropitas de minúsculas tallas y un sin fin de cosas ¿necesarias?
En las entradas anteriores hablamos de dos compras necesarias, la cuna y el carrito. Hoy hablamos de otras de esas compras necesarias, la bañera. ¿Necesarias? En realidad, al principio si cuentas con un buen lavabo puedes bañar al peque en él pero verás como poco a poco el lavabo se irá haciendo pequeño ante tus ojos, je je je.
Si cunas hay de todos los tipos y en el mundo de los carros tenemos un extenso número donde elegir, las bañeras no se quedan atrás. Bañeras acopladas a muebles, bañeras plegables con cambiador, bañeras para acoplar dentro de tu bañera, bañeras hinchables (de viaje). Por haber hay hasta reductores para nuestra bañera, claro que esto es mejor para cuando los bebés ya son más granditos y disponen de cierta autonomía.
¿Qué debemos de tener en cuenta? Primero el bolsillo, segundo el espacio con el que contamos, donde vamos a ubicar la bañera, en nuestro baño, en la habitación del bebé, si podemos dejarla fija o hemos de quitarla para recuperar espacio. Parece sencillo pero hay que tener en cuenta todos esos factores porque nos podemos ver con un mueble que no sabemos dónde ubicar porque no disponemos del espacio necesario.
Junto con la bañera llegan otros productos como las hamaquitas para tumbar al bebé mientras lo bañas, yo compré una, y puedo asegurar que me era incómoda, el piojo prefería que lo mantuviera yo con el brazo en vez de la hamaca pero cada uno tiene sus preferencias. Eso sí, lo que sí utilizamos durante meses cuando él ya se sentaba y pasó a la bañera nuestra fue el asiento de seguridad para la bañera. ¡¡¡Tu bebé se sentirá seguro en el agua y tú más!!!
Ah, no nos olvidemos de patitos, libros acuáticos y demás juguetes con los que disfrutar del baño, je je je je...
Besitos avainillados