Llevo tiempo sin escribir por mamaventura, otros proyectos ocupan gran parte de mi tiempo últimamente, pero no me olvido de este pequeño rincón tan mío, donde puedo expresarme tal y como pienso, donde vuelvo mi alma guerrera cuando quiero, y mi alma rota asoma de cuando en cuando.
Fumo desde hace años, no estoy orgullosa de ello porque entre otras cosas, odio que el cigarro sea uno de mis primeros pensamientos en momentos clave de mi día a día, pero elegí fumar en algún momento de mi juventud, así como elegiré dejarlo si es que quiero, cuando verdaderamente quiera.
Hoy no voy a hablaros de lo malo que es el tabaco, ni de lo bien que sabe ese cigarro a escondidas, hoy hablaré de los hijos de puta que dominan el mundo, o al menos, parte de él, y del macro engaño que se han montado entorno al tabaco.
AVISO A NAVEGANTES: No defiendo el consumo del tabaco y no invito a nadie a que se sumerja en este vicio, este post va más allá.
PROGRAMANDO NUESTRO SUBSCONCIENTE
Los “de arriba” saben cómo funciona nuestro subconsciente, desde luego, mucho mejor que la mayoría de nosotros mismos. Nosotros estamos demasiado ocupados como para desconfiar de religiones, instituciones, empresas, organismos, gobiernos y reinados enteros.Entonces si el Ministerio de Sanidad nos dice que el tabaco mata, causa 9 de cada diez problemas de cáncer, además de ceguera, infertilidad, impotencia masculina, abortos, amputaciones y un sinfín de dolencias y atrocidades, nosotros nos lo creemos, porque el Ministerio de Sanidad lo dice y porque se preocupa de “obligar” a las tabacaleras a colocar esas imágenes escalofriantes que son “prueba y portada” de cajetillas de tabaco.
Curiosamente, es mucho peor para nuestra salud estar expuestos a semejante bombardeo de mensajes negativos que el propio tabaco, y los de arriba lo saben.
Y entonces, ¿por qué lo hacen?, es decir, ¿por qué son tan hijos de puta?.
Por varias razones, la primera y paradójicamente, es que resulta más difícil dejar de fumar si creemos que vamos a enfermar, morir o perder al bebé que llevamos dentro.
Los mensajes e imágenes de los paquetes de tabaco generan estrés, angustia y ansiedad, un cóctel perfectamente diseñado para que dejar de fumar resulte prácticamente imposible.
Por otro lado consiguen que muchos de nosotros fumemos con sensación de miedo y culpa, dos de las emociones más peligrosas que generan en nosotros energías de muy baja frecuencia, alejándonos de frecuencias energéticas más elevadas y contribuyendo así a nuestro malestar físico, mental, emocional y espiritual.
No es casualidad que “de vez en cuando” introduzcan nuevos mensajes e imágenes, a modo de seguir removiendo emociones negativas “actualizadas”, como tampoco es casual que haya mensajes específicos destinados a distintos sectores de la población, nadie queda a salvo.
Me resulta muy contradictorio que gobiernos e instituciones se lucren alegremente de un producto que tanto se esfuerzan en que “dejemos de consumir”, y me resulta contradictorio también que no pongan mensajes del estilo en botellas con 50º de alcohol o bolsitas de golosinas y productos para niños.
Comer chuches puede hacer que te quedes sin dientes y el Ratón Pérez no daría a basto…
¿Pero qué estás diciendo Mamaventura?, ¿estás loca?, no tanto. De hecho mucho de los problemas de salud que padecemos de adultos son provocados por intenciones ocultas de la industria alimentaria.
¿Por qué no encontramos una imagen de un adulto enfermo en una caja de galletas infantiles con un mensaje que diga: comer esto puedo causar daños graves a tu salud a largo plazo?
Para mí es evidente, primero porque probablemente nadie compraría galletas y segundo porque no les interesa que nos preocupemos por lo que comemos.
Por otro lado, cómo desconfiar de un Ministerio de Salud que nos advierte de los peligros del tabaco, si muchos de los alimentos con certificado sanitario fueran dañinos para nuestra salud nos avisarían ¿no?, pues evidentemente no lo hacen, y desvían nuestra atención al aceite de palma, como mucho.
El Ministerio de Sanidad debiera saber que cuando un producto “sin azúcares añadidos” contiene en su lugar peligrosos edulcorantes, se está contribuyendo a enfermar a la población, pero para ellos lo importante es que “dejes de fumar”, si es que tienes cojones de hacerlo.
En conclusión, no necesitamos ver imágenes y leer mensajes negativos constantemente para entender que el tabaco no es lo mejor que podemos brindarle a nuestro templo, el propósito de todo esto, en mi humilde opinión, es una atrocidad desbordante.
No nos dejemos engañar, si queremos seguir fumando, al menos, no dejemos que nuestro subconsciente se contamine. Tapemos inmediatamente imágenes y mensajes, pasemos el tabaco a otro lugar, no participemos de su engaño.
La pantomima de siempre, hijos de puta que nos engañan a todas horas, en todo momento, sin descanso, sin piedad, sirviendo a aquellos que se alimentan de nosotros, de nuestra energía y nuestra inconsciencia. No podréis con nosotros, no podréis enterrar la fuerza de la humanidad.
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