Entonces, ¿en qué se diferencian los estilos de crianza de padres y madres, y cómo podemos combinarlos en una familia para beneficiar a los niños mientras crecen y se preparan para la vida?
Es importante hacer una advertencia. Estas diferencias de estilo pueden generalizarse demasiado en función del sexo. En algunas familias, las madres pueden ser más exigentes y los padres más cariñosos. Pero la clave esencial es equilibrar los diferentes estilos de crianza y obtener el mejor impacto de la mezcla.
El estilo de una madre
Las madres tienden a encontrarse generalmente en un papel más afectuoso. Parecen tener una capacidad innata de discernimiento con sus hijos. Por ejemplo, suelen estar más atentas a las necesidades específicas de un bebé que un padre. Existe una conexión emocional entre madre e hijo que el padre no consigue.Además, las madres tienden a verbalizar mucho más con los niños. Parte de esa tendencia se debe a que las mujeres suelen ser más verbales que los hombres. Ese estilo tiende a manifestarse en la crianza de los hijos, donde la madre ofrece más palabras de afirmación, tiende a expresar sus expectativas con mayor claridad y a “hablar” de las cuestiones relacionadas con la disciplina.
Las madres suelen anteponer las necesidades de sus hijos a las suyas propias. Parece venir “precocinada” a la abnegación
El estilo del padre
Los padres suelen centrarse más en tener altas expectativas sobre sus hijos y en animarlos a cumplirlas de forma constante. Tienden a centrarse menos en hacer que el niño se sienta bien o seguro y más en desafiarle y ayudarle a prepararse para enfrentarse al mundo real. La conexión emocional que tiene una madre no suele reproducirse en los padres. Por ejemplo, a mi amigo, que tiene dos hijos gemelos, le costaba mucho distinguirlos cuando eran bebésLos padres, aunque no verbalizan tanto como las madres, suelen ser más directos y utilizar menos palabras. Puede parecer que son demasiado duros para las madres, pero su dureza se basa en ayudar a los niños a estar preparados para la vida real. Desde el punto de vista disciplinario, tienden a imponer las consecuencias más rápidamente y a hablar después.
Los padres también tienden a ser menos sacrificados, al menos de forma evidente. Sus sacrificios tienden a centrarse más en la familia en su conjunto y menos en los hijos individuales.
Combinar ambos estilos de crianza en las familias
De la investigación se desprende que los padres tienen un papel fundamental en la vida de sus hijos. Y los padres reconocen de buen grado que las madres también son esenciales. Así que la cuestión clave es cómo combinar los diferentes roles y estilos en un enfoque cohesivo para una crianza eficaz.Si estos estilos de crianza no se combinan de forma eficaz, la familia puede sufrir una serie de consecuencias negativas.
Los niños pueden sentirse confundidos o en conflicto con las diferentes expectativas de mamá y papá:
Cuando los padres parecen tan diferentes, los niños pueden sentirse más atraídos por uno u otro padre debido a su afinidad con el estilo de crianza específico.
Cuando maduran, los conflictos pueden dar lugar a la alienación o la depresión.
Cómo hacer que todo funcione
Encontrar el equilibrio adecuado entre los estilos de crianza es la clave del éxito. El equilibrio y la combinación requieren una reflexión y una acción cuidadosas.Negociar. Los padres con enfoques diferentes tienen que encontrar un lugar cómodo en el que ambos puedan estar de acuerdo con el enfoque. Mucha comunicación, hablar de las diferencias y luego cooperar y llegar a un acuerdo ayudarán a encontrar esa mezcla adecuada.
Apoyarse mutuamente en la crianza. Los niños pueden aprender rápidamente a enfrentar a uno de los padres con el otro y abrir una brecha entre mamá y papá. Intentad no estar en desacuerdo sobre la crianza delante de los niños. Si uno de vosotros tiene que dejar que el otro padre tome la iniciativa en una situación determinada, dejad que ocurra y hablad de ello más tarde.
Deferir al padre más estricto. Cuando los padres tengan enfoques diferentes, decida de antemano que el padre más restrictivo prevalecerá. Los niños intentarán manipularte e ir primero con el progenitor más conciliador, pero potencialmente en detrimento de la buena crianza. Quedarse con el progenitor que quiere más estructura y reglas eliminará la futura manipulación.
Pónganse de acuerdo en los valores clave. Cuando ambos padres quieren enseñar y reforzar los mismos valores, los diferentes estilos de crianza funcionan mejor. Por eso, elabore cuidadosamente una declaración de misión familiar que incluya los valores clave que su familia adopta. Luego, cuando sean padres juntos, podrán estar unidos en las cosas que importan e identificar la mejor manera de conseguir que los valores sean adoptados en cualquier situación. El bien mayor os ayudará a encontrar el enfoque adecuado.
Busca ayuda si no funciona. Si te encuentras en un conflicto habitual sobre los estilos de crianza, puedes considerar la posibilidad de hablar con un terapeuta familiar, un miembro del clero o un amigo de confianza que parezca ser un padre de éxito. También podríais considerar la posibilidad de asistir a un curso de paternidad ofrecido por el distrito escolar local o a un programa de paternidad para ayudaros a abordar mejor las preocupaciones específicas de vuestra familia.
Trabajar juntos para combinar sus estilos de crianza requiere mucho trabajo y un enfoque específico. Pero el impacto positivo en sus hijos al tratar de ser co-padres eficaces puede ser realmente asombroso y vale la pena todo el trabajo. Poned a vuestros hijos en primer lugar, reconoced que los diferentes estilos no son malos, sólo diferentes, y comunicaos juntos como padres y encontraréis que todo este asunto de la paternidad es un proceso mucho más gratificante.