Hoy os escribo desde Roma, acabo de “instalarme”, ya que permaneceré aquí hasta el domingo. Así que hoy, os pido licencia para un post un poco más breve de lo habitual.
Quería tratar el tema de la paternidad, tomando como protagonista, al menos por una vez, al varón. Siempre se habla de la importancia del vínculo afectivo de las mamás con sus bebés (y no es para menos, es de vital importancia!). Pero hoy quiero dar ciertas pautas también a los papás, sin por ello pretender ser sexista, separatista, feminista, machista, hembrista ni nada similar. Sólo quiero mencionar ciertas pautas que sí que creo que le pueden ser útiles a muchos (que no todos) padres, dada mi experiencia laboral en el campo. Eso es todo.
¡Vamos allá!
Tradicionalmente, el rol del padre ha estado relacionado con la figura de autoridad del hogar y el sostén económico de la familia. En los últimos años, a pesar de que, en la gran mayoría de los hogares, el padre sigue siendo quien pasa la mayor cantidad de horas fuera de casa y también aporta ingresos económicos, su rol no acaba aquí.
A día de hoy se espera que los papás de hoy, puedan generar vínculos con sus hijos y conectarse con ellos en el aspecto emocional y afectivo. Mostrar las emociones a sus hijos, hablar con ellos de lo que sienten y piensan, comunicarse con ellos mediante demostraciones de afecto concretas, son conductas muy difíciles de realizar para algunos papás cuyo modelo de padre no incluía ninguno de estos aspectos.
Es importante que, si bien recalcamos la importancia de los aspectos emocionales y afectivos en la crianza de los hijos, los padres (al igual que las madres) entiendan que paralelamente deben, a su vez, poner límites, educar, fijar normas y establecer pautas.
Muchos hombres minimizan la importancia de comprometerse en la crianza y educación de sus hijos, con la "excusa" de que deben ocuparse del trabajo o de cuestiones fuera de casa.
Sin, embargo y sabiendo que cada familia tendrá un funcionamiento particular, es importante que los papás sepan que cuando se involucran en los aspectos de la crianza de sus hijos, están creando vínculos de seguridad, confianza y protección.
Aquí te dejo algunos consejos para fomentar el vínculo con tus hijos:
Trata de involucrarte en el rol de papá desde el embarazo de tus hijos. Participa activamente en todo lo que suceda durante los nueve meses.
Dedica tiempo a las tareas del cuidado del bebé: cambiar el pañal, vestirle, leerle, cantarle o darle un baño.
Cuando los niños crezcan, involúcrate en sus actividades escolares. Conoce el colegio al que va tu niño, mantén la comunicación con docentes y otras familias del colegio.
Habla con tus hijos, pregúntales qué tal les ha ido el día, qué hicieron, cómo se sienten. Cuéntales a ellos cómo te ha ido a ti, qué has hecho en el trabajos y cómo fue tu jornada.
Escúchales con atención.
Realiza regularmente alguna actividad con ellos: jugar, leer cuentos, hacer los deberes, andar en bicicleta, cocinar, son solo algunas opciones.
Demuestra tu afecto con conductas concretas: mimos, caricias, besos y abrazos. ¡Y, sobre todo, nunca dejes de decirles cuánto les quieres!
Para terminar, transcribo literalmente un texto de Carlos González, pediatra autor de “Bésame mucho”, entre otros libros. Habla de la figura del padre en los tiempos que corren, y la verdad, es que me ha encantado. Lo encontré en la web de “El blog alternativo”, copio debajo la dirección por si queréis echarle un vistazo a la web, es muy interesante.Espero que lo disfrutéis y ¡nos vemos la semana que viene! Un fuerte abrazo.
"Los padres varones fuimos apartados de la crianza de nuestros hijos, especialmente a partir de la revolución industrial. Nos sacaron del taller artesanal, que estaba en el portal de nuestra casa, o de los campos de labranza vecinos, donde estábamos en contacto continuo con nuestra esposa e hijos, y nos enviaron a una lejana fábrica o a una lejana oficina, donde pasamos ocho (o muchas más) horas al día separados de nuestros seres queridos. Nos ofrecieron una nueva identidad, definida no por nuestra vida real, sino por nuestra vida laboral (y si alguien nos pregunta "¿qué eres?" contestaremos "taxista", "médico", "carpintero" o "comercial", en vez de contestar "persona", "esposo", "padre", "aficionado a la música" o "socio del Betis").
El trabajo era originariamente lo que hacíamos para "ganarnos la vida"; teníamos claro que el trabajo es una cosa y la vida otra. Pero hemos acabado creyéndonos que la vida es el trabajo, convirtiéndonos en el señor que llega tarde a casa, riñe a los que han sido malos ("¡verás cuando llegue tu padre!") y da el beso de buenas noches. Pero muchos nos hemos dado cuenta de que nos falta algo. No queremos aceptar ese papel que la sociedad nos reservaba. Queremos implicarnos plenamente en nuestra familia, queremos vivir de verdad. Y al ser padres nos damos cuenta de que nada de lo que hemos hecho antes o de lo que podremos llegar a hacer en el futuro es tan importante como amar y cuidar a nuestros hijos. Es lo más trascendente, tal vez lo único trascendente"
Fuente del texto de Carlos González: http://www.elblogalternativo.com/2013/10/20/una-nueva-paternidad/
¡Hasta la semana que viene!
Belén