La planificación de las clases y la forma en que los alumnos van desarrollándose en ellas, son los pilares básicos de los docentes. Su afán es conseguir que el alumno se asombre con lo que le intentan transmitir. Para ello los profesores también han de realizar una autoevaluación de la estrategia empleada: un ejercicio que todo profesor debería hacer para reforzar lo que está funcionando y detectar lo que está fallando y por qué.
En tiempos convulsos no tuvieron margen para reprogramar sus lecciones y organizarse cuando confinaron a los estudiantes pero los enseñantes han demostrado estar a la altura, tener capacidad resolutiva y un don para tenerlo todo bajo control a pesar de no poder trabajar siempre en las mejores condiciones. Para ellos es importante tener siempre a mano de modo visual un calendario con los días lectivos, y anotar en ellos las reuniones, tutorías o cualquier tipo de evento.
Una buena ayuda para tan importante labor sería contar con una libreta o cuaderno en el que escribir todas las vicisitudes que hay que tener en cuenta de cara a la organización y evaluación de las asignaturas. Un perfecto ejemplo de ello serían los cuadernos para el profesor Additio, ya que están pensados especialmente para los docentes y para todas las tareas que necesiten llevar a cabo. Además cuentan con varios formatos y agendas con los que poder organizar la programación de sus clases en su día a día.
Puede ser también una herramienta muy eficaz de ayuda que involucra a los padres, porque no todos los niños son autónomos para organizarse sus tareas, actividades y exámenes. Con planificación y empeño, cada uno puede sacar adelante su labor. Aquí es importante recordar que el contacto entre padres y profesores tiene que ser el máximo posible.
Motivar y llegar al aprendizaje
Se hace necesario tener anotaciones sobre cada alumno, como por ejemplo su comportamiento y esta carga genera en los profesores un agotamiento emocional y un estrés laboral. Cualquier anotación que consideremos necesaria, incluso sobre dónde se sienta cada uno, tiene cabida en los cuadernos de los profesores que realmente se involucran con sus alumnos. Gestionar el tiempo como docente tiene también mucho que ver con la creatividad.Una parte importante de su trabajo es también enseñar a los niños a madurar y organizarse. Para ir en la línea de la personalidad de cada alumno y lo que necesita, los enseñantes tienen que observarles mucho para detectar cualquier carencia.