Estoy embarazada, ¿y ahora qué?



Sí, lo tenía claro. Nada más sentarme frente al televisor y escuchar a Pilar Rubio hablar de su libro pensé:
las RRSS van a comenzar a arder ahora mismo.




y así fue, no hacía falta ser ningún lumbreras para adivinar lo que iba a suceder, era más que previsible. Tras algo más de cinco años años navegando y escribiendo en la blogosfera maternal no es necesario tener dotes adivinatorias, la respuesta era clara.



Lo primero que me llamo la atención de la entrevista fue que nos trataran de vender como una novedad el libro, Embarazada, ¿y ahora qué? ¿De verdad, nos lo quieren vender como una novedad? ¿De verdad nos lo quieren vender como el libro que toda madre primeriza anda buscando por las estanterías de las librerías?

¡Ni el título me parece original!, ¿cuántas compañeras de la blogosfera maternal han dedicado posts e incluso un blog entero a todo lo que pasa por nuestras cabezas desde el mismo momento en el que estamos embarazadas? Yo misma he dedicado más de un post, pero conozco más de un blog en el que puedes encontrar todas esas dudas, vivencias y anécdotas que en algún momento nos han podido pasar, aunque parece ser que este nos enseña a cómo cuidarnos para estar siempre divinas y maravillosas...

Mi sorpresa no quedó ahí, de pronto Pablo Motos le comenta que una amiga le había dicho, que al principio del embarazo sentía como una mariposilla en su estómago, yo no hubiese dicho mariposilla pero sí, un pececillo. Sí, me parecía notar un pececillo nadando dentro de mí, pero el símil da igual, lo verdaderamente importante es esa sensación que todas notamos y, parece ser que ella no notó. Igual es que todas no tenemos esa fortuna, lo siento por ella, aunque luego saliera por peteneras y hablara de las patadas para que todos recordáramos al padre de la criatura. Mi piojo no es hijo de futbolista y pegaba unas patadas que hacía saltar a mi perro.

Y mayor sorpresa fue al ver su cara al escuchar que los bebés pueden tener hipo y tú notarlo. Ahí ya hasta pena me dio, pobre no ha vivido esos momentos inolvidables por lo entrañables, únicos y anecdóticos que todas vivimos durante la aventura del embarazo.

Eso sí, cuando la escuché dando una masterclass de sexualidad durante el embarazo y revelarnos a todos los mortales, que podemos practicar sexo durante el embarazo sin provocar una conmoción cerebral en el bebé. Oírla hablar del tapón mucoso, como si las madres no supiéramos lo que es, me fue indignando cada vez más.

Entonces comenzó a hablar de la lactancia materna y la señal de alerta sonó en mi cerebro. Peor, fue peor de lo que imaginaba, comenzó bien al decir que todos tenemos derecho a elegir; siempre he pensado que cada quién es libre de elegir si amamanta o no, sea por los motivos que sea. Yo di de mamar a mi piojo hasta los 9 meses, porque él decidió dejar de hacerlo, desde los 4 a los 9 fue lactancia mixta porque el trabajo me impedía hacerlo de otro modo. No tenía tiempo de sacaleches, lo intenté pero no tenía ni tiempo ni fuerzas, porque a las 6am estaba en pie dándole de mamar y regresaba a casa pasadas las 20.00 horas con el piojo, a papá piojo lo veía 5 minutos él regresaba de trabajar y nosotros nos íbamos. Así que en la guarde tomaba leche de fórmula y en casa mamaba, compaginando ambas lactancias sin problemas.

Oírla decir que a los 2 meses había tenido que suspender la lactancia materna por trabajo me pareció irrisorio, más cuando la oyes soltar que madrugaba todos los días (8am, ¿dónde es eso madrugar?) para ir al gimnasio. Ja ja ja ja... ¿gimnasio? ¡Ya quisiera tener tiempo para gimnasio! Aunque ahora que lo pienso camino más de 10 km al día, así que me lo ahorro, ja ja ja... Vanalidades a un lado, me resultó penoso.

Y sí, señorita, soy madre pero no estoy todo el día hablando de cosas de niños. Usted no ha descubierto la pólvora al decir: Soy mujer además de madre. Siempre lo he reivindicado y, no soy la única, y oírlo decir cómo si fuera uno de los mandamientos a seguir por toda nueva madre me pareció de risa.

Y ahí, cambié el canal tanta tontería junta me superó. Oírla decir que tenía la nariz torcida y, que nunca se había operado, y a Pablo Motos alabarla, y ella insistir en lo de su nariz...ufff...me hizo recordar a esas mujeres que te dicen:

Uff...he engordado, he de bajar de peso.







Y yo me muerdo la lengua por no decir:

Sí, chica, has de bajar por lo menos 5 kilos




para dejarlas calladas.

Por lo demás, envidia porque ella, por ser quien es, tiene campaña publicitaria y editorial, mientras a mí mis lectores me hacen la publicidad...

Besitos avainillados

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