Cuántas de las que me leéis habéis escuchado "mi vida ha pasado a segundo plano, ahora solo prima mi bebé". ¡Jajajaj! Todas, ¿a que sí? Pues es cierto, sí, pero llega un momento en el que te miras a ti misma y descubres que esa frase prima tanto, que no estás en un segundo plano, nooo, ¡¡¡estás en el décimo quinto!!!
Yo solía dedicarme muchos minutos para consentirme, baños placenteros, cuidaba mi alimentación... Ahhh, ¿y mi pelo? Mi pelo era importantísimo. ¿Y mi piel? Casi me atrevería a decir que de lo único que realmente podía presumir era de cutis y de piel. Ayer, en un momento que tuve para arreglarme manos y pies, ¡me di cuenta de que hacía casi dos meses que no me exfoliaba! Viene el verano, y las que lucís morenazo sabéis que una buena exfoliación, antes de la exposición al sol, es importantísima.
Muchas me habéis comentado lo bonita que tengo la piel; mucho es genética, mi madre tenía la piel más hermosa que vi en mi vida, pero mucho también es porque nunca usé cremas ni fórmulas comerciales. Siempre me fui por la sabiduría de las abuelitas y los potinguitos caseros, ¡me declaro fan absoluta de todas estas pastitas naturales! Investigar los beneficios que me puede aportar una planta, fruta o cualquier elemento que pueda usar, y disfrutar preparando todo esto y luego aplicármelo, sencillamente ¡ME ENCANTA!
Hoy, precisamente, quiero compartir con vosotras el potingue casero que uso para exfoliar mi piel, es buenísimo, deja la piel súper hidratada y es muy fácil de preparar y de aplicar. ¡¡¡Vamos al lío!!!
Solo necesitaremos un plátano maduro, 8 cucharadas de azúcar (también puedes usar sal gruesa), un chorrín de leche, unas gotas de limón y una hoja de aloe vera.
Trituraremos con un tenedor el platano madurito. Ya sabéis que el platano tiene un alto contenido de potasio; lo que no sé si sabéis es que este potasio es súper eficaz para prevenir las tan temidas arruguitas y disimular un poco las ya existentes, además de los múltiples beneficios de su cáscara, que ya os los contaré en otro post. Cuando tengas el platano bien triturado empieza a agregar el azúcar y ve mezclando, se empezará a tornar espesito, este azúcar será la base que nos ayudará a exfoliar nuestra piel y eliminar todas las celular muertas. Luego incorpora el chorrito de leche, que es rica en hidratos de carbono, grasas y proteínas y la convierten en un excelente suavizante, humecta en profundidad y nutre por su contenido en minerales y vitaminas A,B y D. Aplica unas gotas de limón, que es un excelente astringente, aclara la piel, borra cicatrices y cura el acné; y por último, corta una hoja de aloe vera y utiliza solo su pulpa, toda la que puedas aprovechar. Del aloe creo que no tengo necesidad de hablarte, es conocido por todos sus innumerables beneficios para la piel, yo diría que es la planta milagro y que todas deberíamos tener en casa. Al principio huele un poco mal, pero no te asustes, luego predominará el olor a plátano. Mezcla todo muy bien ¡y ya está lista para ser usada!
Cuando te vayas a dar una ducha, primero moja tu piel con agua tibia, y procede a aplicar toda esta pasta en tu cuerpo, EN TODO EL CUERPO, que no quede ningun recoveco de tu piel sin poder disfrutar de este privilegio. Frota toda tu piel hasta que sientas que el azúcar ha desaparecido, luego solo aclara con abundante agua tibia y procede a usar tu jabón o gel de costumbre.
Esto debes realizarlo una vez por semana, pero los resultados los notarás desde la primera aplicación: la piel queda fresca, con luminosidad, increíblemente suave ¡y con un olor exquisito!
A modo de tip: cuando estoy preparando la pasta, antes de tirar la cáscara del aloe siempre me la froto por la cara y la dejo 15 ó 20 minutos, ¡así aprovecho todos sus beneficios!
¡Espero que te sea útil esta pasta exfoliante y que pruebes a prepararla! ¡Recuerda contarme tus impresiones!
¡UN BESO CORAZONES!