Hoy quiero dedicarle este post a los mejores padres que la vida me ha permitido conocer, a mi padre y a mi esposo.
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En un día radiante como hoy, son tan protagonistas los padres de nuestros peques con los que hemos vivido, sufrido y disfrutado las miles de experiencias de la paternidad. Con ellos, nos trasnochamos, pernoctamos en urgencias cuando nuestros retoños enferman, nos reímos, celebramos y estamos seguras de que hemos elegido bien, cuando los observamos con nuestros hijos, y es una escena preciosa, divertida y conmovedora. Cuando veo a mi esposo realizar su trabajo de papá, me lleno de emoción, me siento orgullosa y agradezco a Dios haber cruzado nuestros caminos, y tener la dicha de compartir paternidad con él.
También merecen protagonismo nuestros padres, amantes abuelos de nuestros hijos y aunque los hay adelantados a su tiempo, también hay muchos buenos padres cuyo estilo de crianza fue distinto a lo que nos muestran nuestras parejas, padres jóvenes, ilustrados, documentados y con muchas ganas de hacerlo cada día mejor.
Yo tuve un padre proveedor, es decir, el padre que ponía el dinero, pero no se encargaba de mucho más. Pero en su defensa, debo decir que siempre ha sido un padre enamorado de sus hijos. Mi padre llegaba del trabajo a las 11 o 12 de la noche y sacaba a mi hermano de la cuna y lo cogía dormido en brazos para compartir con él, deseaba estar con su hijo, el no tenía otra forma de hacerlo, conciliar para él no era una opción.
También es cierto que mi enamorado padre, siempre ha sido un despistado, no sabe nuestras fechas de cumpleaños, no recuerda que edad tenemos, nunca lo ha hecho, nunca fue un padre de escucharnos y saber que nos pasaba, tuvimos nuestros roces durante la adolescencia, pero siempre nos ha aceptado tal cual somos, un poco mimados y malcriados. Siempre ha estado cuando le necesitábamos, incluso ahora que un océano entero nos separa. A veces siento que falló un poco la parte emocional, o que a veces se extralimitaba en la dureza de sus acciones, pero a los padres de su época, les educaron para ser fríos, distantes, machistas, para ellos eso era el rol de la mujer, el trabajo de una madre.
Sin embargo, mi padre se dejaba peinar por mi, que le hiciera coletas y le pusiera lacitos y diademas, incluso delante de sus amigos. Me llevaba en brazos si me dormía aunque tuviese cinco años y fuese una niña muy gordita, era paciente cuando íbamos de compras en mi adolescencia y aunque se espantaba de lo que escogía, nunca fue especialmente dificil a la hora de permitir comprar cierto tipo de ropa, siempre y cuando cumplieran sus normas del decoro. A nuestros primeros muñecos con pene, se los cortó, para no tener que darnos explicaciones, no sabia que en unos años tendríamos un hermano, y por supuesto, tenía un pene que no podría cortar y que iba a tener que explicar. Nos compraba coches al mismo tiempo que muñecas, teníamos legos y espadas, juguetes diseñados para niñas y para varones, mi padre no hacia diferenciación. Nos buscaba al colegio y a la universidad cuando salíamos tarde por la noche. Me llevaba temprano cuando tenia un examen a primera hora, también llevaba a mis compañeros a sus casas para que no llegasen muy tarde. Nos acompañaba a las fiestas y nos recogía a la hora que lo pidiéramos. Nos enseñaba a "hablar inglés", aunque su vocabulario fuese mas que limitado, pero a mi hermana y a mí nos hacía mucha gracia y nos servía para presumir con los amigos, que no sabían que en realidad no habla nada de inglés. Nos enseñó valores como la lealtad, el amor al prójimo, la generosidad con los mas débiles, en contraste es el hombre mas dificil para hacerle un regalo, nada le gusta, todo tiene un pero, y es fatal para recordar nombres, todas y cada una de mis amigas tiene un sobrenombre porque él es capaz de recordar un apodo mas que el nombre de cualquier amiga que se haya criado prácticamente con nosotros, así mis amigas son la altota, la bubutica, la portuguesa, la gallega, la flaca, la morena, la indiecita, la italiana, la china, la panadera, la de la farmacia, la de los tomates, y pare usted de contar.
Mi padre nunca nos golpeó, ni un cachete, ni siquiera una palmadita en la mano, siempre acordó con mi madre (que si era mas "mano floja") criarnos en el amor, el respeto y la comprensión. Se horrorizaba ante el dolor que pudiese causar un adulto pegando a un pequeño cuerpecito, siempre lo ha considerado un acto de violencia desmedida.
Siempre he deseado que mi padre fuese un padre mas comunicativo, pero él no tuvo padre, así que no tuvo un modelo a seguir y su madre, fue una mujer endurecida por la vida y las circunstancias. Fue padre a los 28 años, cuando aún la inmadurez masculina rondaba en su mente y su cuerpo, y aún así, lo hizo de la mejor forma posible, aunque le costó adaptarse, se responsabilizó y aunque no fue el mejor marido, si que ha sido el mejor papá.
Hoy por hoy, es un amante y dulce abuelo, que tiene debilidad y locura por su único nieto, fue él quien le dijo a todo el mundo que su hija esperaba un varón, quien llama todos los meses a felicitar a MiniMoi por su cumple mes y todas las semanas para asegurarse de que su nieto está bien, a escuchar sus gracias, sus anécdotas y es capaz de mantener un monólogo de hasta dos horas porque según él, está hablando con su nieto. Mi padre no solo es un padre fabuloso, es un abuelo encantador.
Cuando veo a mi esposo interactuar con mi hijo, cuando veo el amor y el cariño con el que está criando a nuestro bebé, me siento muy orgullosa de la evolución que ha tenido el rol del padre dentro del seno familiar y el impacto de este cambio en la sociedad. Mi esposo es mas que un padre proveedor, es una versión mejorada de mi propio padre en cuanto a paternidad se refiere, y eso que él es el último de cuatro varones. A veces debe luchar con los fantasmas del machismo inculcados por sus padres, a diferencia de mí que tuve padres jóvenes, el fue el hijo de la vejez, y hay una diferencia de 20 años entre mis padres y los suyos, por lo que su crianza estuvo plagada de machismos y otros matices de la época, sin embargo, estamos logrando acuerdos, y hemos decidido criar a nuestros hijos con apego, con amor, aunque sé que para él, puede ser dificil muchas veces y otras ni siquiera entiende muchas cosas. Pero al igual que mi padre, y a la vez el suyo, que aunque de otra época también ha sido un excelente padre proveedor, mi esposo lo hace fenomenal, y como joven y emprendedor, tiene iniciativa, empuje, se interesa por mejorar y brindar nuestra familia una calidad de vida excelente.
Cada día son muchos los hombres que desean ser padres y desean estar presentes en el crecimiento y desarrollo de sus hijos, a estos padres modernos mil felicidades en su día, ¡feliz día del padre!
A aquellos que asumen la paternidad de forma responsable, a los que son padre y madre a la vez, os deseo Feliz día del padre.
A mi padre y a mi esposo, que Dios les dé mucha vida y salud, y les permita seguir siendo los padres mas fabulosos que han existido. Los amo, y mi hijo es muy afortunado de tenerles presente en su vida, Un millón de gracias, aunque sean insuficientes ante todo el amor que nos dan.