También es el final de una etapa, de un ciclo.
Si bien solo pasan tres meses entre el final de infantil y el principio de primaria, parece una eternidad.
Ya no solo por el cambio que supone en cuanto a la forma de dar las clases (que es otra historia), sino por el cambio emocional que supone, aunque parezca mentira, maduran una barbaridad en solo tres meses.
O tal vez es el echo de empezar primaria el que nos hace a los padres fijarnos realmente en cuánto han crecido y madurado nuestros pequeños, nuestros ya no bebés (por mucho que nos duela, es así)
La otra noche entré a ver a la peque, que había tenido una pesadilla, y me fijé en la mayor.
No estaba en su mejor momento, la verdad, jejeje. Dormía boca arriba, con la boca abierta y piernas y brazos estendidos sobre la cama (vamos, estaba encantada, con un sueño super profundo y muy a gusto).
Pero, al fijarme, no vi a mi bebé.
Es verdad que crecen, está claro, pero siempre que la miro, aunque la vea enorme, con pensamientos maduros y su propia personalidad, veo a mi bebé, esa niña frágil que me necesitaba a todas horas, sensible e indefensa.
Esa noche, no sé porqué, no estaba mi bebé, igual tenía que ver la postura nada favorecedora, pero no estaba.
Me da mucha pena, pero me alegra también, porque veo que se está convirtiendo en una personita más independiente, con su personalidad, cada vez más fuerte y marcada, más definida.
Me gusta, porque todo apunta a que va ser una persona muy sensible, ya lo es (lo ha pasado muy mal porque ya no va a estar con su profe de infantil).
Será respetuosa con los demás y con sus sentimientos, ya lo es.
Pero a la vez será fuerte y capaz de hacerse valer y respetar (todavia es un poco débil en este sentido, debido a su gran sensibilidad, pero lo hará)
Lo dicho, se acaba una etapa y empieza otra.
Estamos tristes por lo que tenemos que dejar atrás (mi niña a su profesora y yo a mi bebé), pero contentas con lo que tenemos por delante, que es mucho y apasionante.
Pronto empieza el nuevo curso y estoy aterrada, yo más que ellas, no se cómo lo llevaremos, pero seguro que salimos adelante y nos va de maravilla. A ellas y a mi.