Frases de manual (#4): ¿Y la niña va cómoda en esa mochila?

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La semana pasada, en el post en el que abordaba la tercera frase del gran manual de la crianza (“Tu acostúmbrala a ir en brazos, que luego ya verás…”), Virgina, del interesante blog Mamá y su Coquito, me hacía reparar en otra frase muy vinculada y que Diana y yo también hemos tenido que escuchar muchas veces. Aunque curiosamente nunca desde nuestra familia. Se trata de una frase que siempre nos han dicho desconocidos. Especialmente entre el gremio de las dependientas de las tiendas de moda (ya sé que este dato no tiene ningún valor sociológico).

Así como la mítica frase de llevarla en brazos es un clásico imperecedero, podemos decir que la que hoy nos traemos entre manos es una expresión de la modernidad. Como siempre, para poneros en situación, os diré que tiene lugar cuando la mamá jefa (la torpeza del papá en prácticas lo inhabilita todavía muchas veces para esto) lleva de paseo a la peque en la mochila, el fular o la bandolera (Según vayamos a hacer una cosa u otra o nos levantemos con el pie derecho o el izquierdo). Como dije en algún otro post, y aunque el porteo está cada vez más extendido, uno nota ciertas miradas de extrañeza y desaprobación. Y entre alguna de ellas se cuela la siguiente frase:

mochila


Y lo sorprendente es que miras a la pequeña saltamontes y está completamente dormida. Casi roncando. Lo que ya de por sí deja entrever que a disgusto, por lo menos, es evidente que no está. Y no nos queda otra que dar la explicación de siempre sobre las bondades del porteo*. Aunque por más argumentos que das, uno nota que cuando te vas, las personas no se quedan demasiado convencidas.

Más sorprendente aún es que justo detrás tuyo, en la cola, haya un niño a dos días de tomar la comunión que arrastra los pies sentado en el carrito. Lo primero que me preocupan son las suelas de sus zapatillas. Que se van a desgastar. Lo segundo es que todo el mundo vea eso como algo normal y por lo que no hay que preguntar ni dar explicaciones. Como diría Fito, “ya no sé si el mundo está al revés o soy yo el que está cabeza abajo…”.

*Quizás si la mochila no es ergonómica, los pequeños cómodos lo que es cómodos no irán. Pero en el post me refiero a mochilas ergonómicas, que son las que utilizamos nosotros. Nunca está de más aclarar estas cosas.

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