Tal vez las gracias no vayan en cada caso a mamá y papá biológicos, porque padres al fin y al cabo son los que crían, así que este gracias puede ir a los abuelos, tíos, nanas, hermanos, primos, mejor amiga, tutores, en fin, no siempre se puede contar con una mamá y un papá, pero como es el común de los casos, lo voy a englobar en tan honrosos nombres: mamá y papá.
Aunque seamos buenos hijos, nunca somos conscientes del amor que lleva implícito la condición de padres hasta que hemos sido bendecidos con nuestros propios hijos, no importa si tu hijo lo llevas en tu vientre durante 9 meses o has vivido expectante un largo y complejo proceso de adopción, lo cierto es que desde el momento que te embarcas en la aventura de la paternidad, ya el panorama cambia, la concepción del mundo es diferente, y de repente te das cuenta de que no te alcanzará la vida para retribuir tanto amor.
No importa que número de hijo seas, si fuiste concebido como el hijo mas deseado, o llegaste de improviso, sea como sea, tus padres han decidido traerte al mundo, y están esforzándose para que al recibirte tengas una vida sana, feliz y llena de amor.
Eso mismo que estas deseando tu ahora que estas en la espera de tu bebé, o eso mismo que sentiste cuando lo parias, o cuando lo pusieron en tus brazos, ahora eres consciente de que tus padres sintieron lo mismo, que te trajeron al mundo porque te amaban y porque te dieron el mismo derecho que ellos tuvieron, el derecho a vivir.
A partir de ese momento en que te sabes padre o madre, ya no verás a tus padres de la misma forma, y cada segundo de trasnocho, después de esas largas tetadas, cuando cabecees del sueño amamantando a tu bebé o apoyando a tu pareja en la lactancia, o cuando no te quieras dormir porque a tu peque no le baja la fiebre, sabrás que estas en este mundo gracias a unos padres tan buenos como tú, que seguro tendrán sus defectos y manías, pero estas aquí y con la oportunidad de hacerlo aún mejor con tu bebé gracias a que ellos no cejaron en su intento de crianza y lo lograron, la prueba eres tú.
Cuando veo a mi hijo sonreír, abrazarnos a mi esposo y a mí, cuando veo lo dulce que es y que un ser tan pequeñito es capaz de dar tanto amor, doy gracias a la vida por permitirnos ser sus padres, por la oportunidad de vivir las experiencias maravillosas, superar procesos difíciles y la gran oportunidad de entender a nuestros padres, saber que todo lo que hicieron fue por nuestro bien, y que si a veces se les pasó un poquito la mano, fue por desconocimiento, por los mitos de la época o por su inexperiencia, nosotros también cometeremos errores, pero somos afortunados de vivir en la era de la información y si sabemos escoger bien, lo haremos mucho mejor y ellos serán aún mejores personas que nosotros, y veremos felices que nuestras bendiciones han alcanzado sus sueños, y nos permitieron vivir la mejor y mas intensa experiencia de la vida, que es ser padres.