Ayer voló Guillo, no lo conocí pero supe de su caso por las redes sociales y por amigos en común, confieso que si me dolió ya que como dije antes, ninguna persona joven debería de morir.
Estas enfermedades como el cáncer de verdad que parecen de repente epidemias, en que momento se apoderan de los cuerpos, las mentes, las familias, los sentimientos, las ilusiones, las alegrías,las esperanzas, los sueños, en fin en que momento se llevan tu salud, tu tranquilidad, lo que vivió Guillo fue una enfermedad muy fuerte que se lo llevo sin piedad como siempre acostumbra a llevarse a las personas, se apoderó de todo lo suyo, hasta de sus padres, familia y amigos, es una tristeza enorme saber que esta vez la batalla no fue ganada, que rabia, que gran tristeza, que impotencia para todos los que le amaron y lo siguen haciendo.
Por lo que yo pude percibir Guillo fue un muchacho ejemplar, alegre, deportista, muy optimista y gran luchador, el mundo pierde, todos perdemos con su ausencia.
Hoy ya descansa en paz después de una enfermedad desgastante, ya está libre de las máquinas y del dolor, me imagino que desde donde este, que en mis creencias es en el cielo junto a Dios, ya sonríe tranquilo, estrenando grandes alas, lejos de ese malestar que lo llevo tantos meses a vivir dentro de un hospital.
Un abrazo enorme a sus padres, familia, amigos, maestros, conocidos y a todos los que siempre nos unimos en oración por su salud, de verdad lamento mucho esta gran perdida para todos.
A los 40 sigo sin comprender este tipo de pruebas de vida, desde ayer hay una nueva estrella que brilla enorme sobre nuestro cielo, descansa en paz Guillo.
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