¡Hola a todas! Como extrañaba yo estos momentos de escritura delante del ordenador… ¿Cómo va la vuelta a la rutina? ¿Todavía os resistís a soltar el verano? Para todos aquellos que todavía tenéis morriña veraniega os traigo una receta de helados que a nosotros nos han ido genial para todos estos meses. No solo por lo buenos que están los helados, sino porque toda la preparación se convirtió en una rutina más de la semana. Dejamos de hacer el pan (la calor del horno es insoportable, tenéis la receta aquí) y pasamos a hacer helado.
Aquí os dejo las dos propuestas que más han triumfado en nuestra casa pero la verdad es que se puede poner de todo:
Ingredientes:
Helado 1: arándanos y zumo de naranja. (de hecho puede ser zumo de cualquier fruta) Cuando no tenemos fruta para exprimir usamos el zumo de naranja de Lidl, que es 100% naranja, sin conservantes ni azúcares. ¡Está brutal!
Helodo 2: fresas y yogur. Como veréis la fresa está ya congelada. No es por nada en concreto, es que cuando veo que la fruta se me está a punto de poner mala, la troceo y la congelo para usarla para recetas o batidos. Así que se desperdicia nada! El yogur podéis usar cualquier, mirad que esté cremoso para que esté más rico. Si queréis que sea sanote, coged uno bio y sin azúcares; y por supuesto también puede ser de distintos sabores. Este que usamos son los cremosos SKYR de Lidl. Están de muerte…
¿Lo tenéis todo? ¡Vamos allá!
Para el helado 1 ponemos los arándanos en los moldes. Asegurándonos que queden bien repartidos, tanto debajo del “palito” como encima”.
Hacemos lo mismo para el helado 2. En este caso tendremos que recortar o laminar las fresas para que no sobresalgan del molde. Y, de igual manera, asegurarnos de que quedan bien repartidas tanto en la parte superior como inferior.
Vertimos el zumo en el helado 1. Como os he dicho puede ser zumo de cualquier fruta, así como bebidas vegetales. Sólo hace falta que los sabores combinen entre sí. Nosotros también hemos hecho con bebidas de avena y de nueces, y queda espectacular.
Para el helado 2 repartimos el yogur por todo el molde, asegurándonos de que no queda ningún rincón sin, para que de este modo el helado salga con la forma completa.
¡Y listo! ¡Ya tenemos nuestros helados preparados! Ahora sólo hace falta esperar 4 horas en el congelador para poder comérnoslos.
¿Por qué es importante esta actividad?
Creamos momentos en familia e inculcamos a nuestros hijos en las rutinas y valores familiares.
Fomenta la autonomia y la destreza de las manos (motricidad fina)
Sin darnos cuenta trabajamos aspectos matemáticos como las secuencias y la temporización
Amor por la cocina y por los alimentos saludables.
De todos los moldes para helados que he usado, estos han sido los que mejor resultado me han dado hasta el momento. Básicamente porque son muy fáciles de desmontar, el helado nunca se rompe. Son de silicona por lo que se lavan genial, y por último y más importante: el palo es regulable por lo que podemos dejar bastante trozo libre para que puedan sujetarlo ellos solos sin necesidad de que el adulto les tenga que ayudar a comer. Por lo tanto, fomenta la autonomía y la regulación del niño.
¿A que nunca os hubierais imaginado que una actividad como hacer helados pudiera aportar tanto para vuestros peques? El día a día está lleno de situaciones geniales para aprender y lo mejor de todo es que muchas nos las sugieren los pequeños y que son completamente significativas e importantes para ellos, con lo que serán aprendizajes que se interiorizarán por completo.
Moldes de helados de Lékué
Torre de aprendizaje de Kutuva
Muchas gracias por estar siempre ahí y por la gran acogida de la vuelta del blog. Os adelanto que este mes viene cargadito así que si no os queréis perder ningún post, no os olvidéis de suscribiros en la pestaña que tenéis a la derecha! ¡Hasta mañana!