Yo nunca tuve un instinto maternal muy acentuado, nunca fui de esa gente que tiene claro desde los quince que quiere ser madre. Pero cuando el reloj biológico se puso en marcha, ya no hubo quien lo parara.
Sufrí el agobio de ver durante unos meses como mi búsqueda no daba frutos tan rápido como yo esperaba. Me emocioné cuando por fin llegó el positivo. Disfruté mi embarazo como la que más. Saboreé cada uno de los preparativos. Y cuando le vi la cara a Minififi entendí que no habría persona en el mundo a la que yo podría querer más.
Y ya está. Ya la tenía. Y por supuesto es la cosa más bonita que me ha pasado. Juntas vamos recorriendo un camino, que además me va poniendo muy fácil. ¿Qué más pedir?.
Pero ahora llega el dilema. Creo estar segura de no querer tener más (¿y cuando digo creo es porque no debo estar muy segura?).
Mis circunstancias están en mi contra, especialmente la edad. Ya no soy una nena y tengo el tema bastante limitado en tiempo. Por lo cual, si quiero poder decidir, es ahora.
Así que, haciendo recuento mental, os cuento los pros y los contras que yo veo, según mi situación, a tener o no más hijos:
El espacio: ya sé que esto va a parecer una gilipollez, pero tengo un piso de dos habitaciones. Compartirían habitación sí o sí. De peques no pasa nada, pero, ¿y de mayores?. Igual dentro de unos años me compro una mansión gracias a la primitiva que me va a tocar pero ¿y si no?. ¿Dos adolescentes compartiendo habitación de por vida?. Ya sé que antes compartíamos y no con uno, sino con dos o más hermanos. Así que tampoco lo veo una cosa muy grave. Pero bueno, es un tema que ahí está?
Las ganas: no me apetece nada de nada. Cuando veo un bebe, me parece monísimo, me dan ganas de achucharlo, pero envidia poca. El reloj biológico se me ha debido de parar. Y no sé si me apetece volver a darle cuerda.
El tiempo: Trabajo mañana y tarde, y muchas horas. Estoy muy contenta con mi trabajo y por supuesto no quiero (ni puedo) dejarlo. Pocofifi también trabaja pero todavía su curro no es estable como para contar con el de por vida y pensar en reducir la jornada (que sería mi salvación), así que el tema se pone difícil. Casi ni tengo tiempo de ver a mi hija, así que teniendo otro ese tiempo se reduciría todavía mucho más, y la veo muy pequeña para quitárselo. Esto me lleva al siguiente contra?
La dependencia: dependemos de otros para que cuiden a Miififi. Mi suegra y mis padres. Por lo tanto, en mi opinión, esta decisión no es nuestra solo. No es lo mismo dejar a una que a dos, y menos si esos dos son un bebe y una terremoto de tres años.
Los hermanos: con mayúsculas y en negrita. Yo tengo dos y no sé qué sería de mí si no estuvieran en mi vida. Esto es lo que me hace dudar. ¿Privarla de ese sentimiento y de esa relación?. Esto es lo único que me crucifica. Pensar que el día de mañana no va a tener hermanos, ni sobrinos (al menos carnales). No pienso que se va a quedar sola, porque tiene mucha gente alrededor, vamos, que compañía no le va a faltar, pero, ¿siempre tendrá esa espinita?.
Y esto es mi dilema básicamente. No creo que por ser hija única vaya a ser una malcriada y egoísta, porque de eso ya nos encargamos nosotros. Pero está claro que un hermano le aportaría muchas cosas.
Pocofifi tampoco está muy por labor, así que no tengo presiones en este punto. Pero yo creo que él tampoco se para mucho a pensar en todo esto.
Sé que es una decisión muy personal, y que en esto poco me podéis aconsejar, pero sí que me gustaría conocer vuestra opinión. ¿Es tan malo que Minififi sea hija única? (pensad que como premio tendrá una casa sin hipoteca, que en los días que corren, eso es mucho, jajajaja).