Sin embargo leyendo otros artículos de sus defensores, descubrimos que la homeopatía se usa para tratar trastornos de ansiedad, hiperactividad, gripe, cáncer … vamos, lo mismo para un roto que para un descosido, algo que parece igualmente exagerado, dando la impresión de que se puede sacar beneficio de la desgracia ajena, porque cuando uno está desesperado recurre a todo lo que tenga a su alcance.
Nosotros no somos pediatras, pero os vamos a contar nuestra experiencia. Nunca habíamos usado la homeopatía con nuestros hijos, en su día nos la recomendaron para los cólicos del lactante, compramos el famoso Kolikind no muy convencidos de dar algo a una niña de 2 meses y, casualidad, sin haberlo abierto aún, a los dos días los llantos desaparecieron. El bote se lo regalamos a una amiga que tuvo un bebé apenas 5 meses después que nosotros, jamás le hemos preguntado qué tal le fue, porque no le dimos la más mínima importancia. Por lo tanto, no sabemos si la homeopatía funciona o no para los cólicos de los bebés.
Pero, el pasado verano, la mayor tuvo un problema con la aparición de moluscos (tenía 4 años por entonces). Si no sabéis lo que son, podéis consultar también “Diario de una mamá Pediatra”, porque ella lo explica muy bien en el siguiente artículo. Por no alargar el post, os diremos que es una tortura, empezó con uno, salieron 5, en dos semanas, tenía más de 20, le hicieron curetajes en pleno verano: las piernas llenas de puntos negros, porque hubo que quemarlos, no le podía dar el sol, imaginad esto en plena temporada de llevar vestido y pantalón corto … Aunque le aplicamos el anestésico local EMLA, es algo muy desagradable y doloroso para un niño, la sangre, las molestias posteriores, una odisea. Pues bien, no funcionó, llegó a tener, aproximadamente, más de 30 en cada pierna, luego pasaron al brazo, abdomen, manos, menos mal que no llegaron a la cara. El dermatólogo seguía recomendando curetajes, pero claro, realizar esta técnica en una niña tan pequeña y con tantos, tampoco era lo ideal, sobretodo porque no nos podían asegurar que no fuesen a salir más.
El dermatólogo y su pediatra nos comentaron que los moluscos dan mucha lata y quebraderos de cabeza a los profesionales de la medicina y que, generalmente, este tipo de brotes se dan en niños con las defensas muy bajas, que no es preocupante aunque sea escandaloso verles así, y que la tortura suele remitir por sí sola al cabo de un año, sin que se haya encontrado explicación científica para ello. El caso es que estábamos en el mes de octubre, llevábamos así 3 meses, desesperados nosotros y ella ya resignada a no pisar la piscina del colegio. Entonces la pediatra nos comentó que podíamos probar con un tratamiento con ácido salicílico, para ver si poco a poco los íbamos quemando (no tenemos a mano el bote, si localizamos el nombre lo actualizaremos en el post), y aquello fue un horror. Los moluscos rojos, la piel quemada, la niña tenía unas picores horrorosos, no mejoraba, cada día salían más … y decidimos dejarlo,confiar en el criterio del dermatólogo y esperar a que evolucionasen favorablemente con el tiempo.
Bien, al día siguiente de tomar esa decisión, por otro motivo, acabamos en la farmacia. Empezaba la época de gripe y la farmacéutica nos contó que le estaba dando a su hija, de manera preventiva, un tratamiento de homeopatía, Munostim, para mejorar el sistema inmunitario, que le había ido muy bien el año anterior. Nos enseñó lo que era, y decidimos probar. Después de leer los comentarios al artículo que os comentamos al inicio de nuestros post, no sé si somos malos padres o no por haberlo comprado, pero el pequeño pillaba de todo en la guardería cada dos por tres y quisimos hacer la prueba por nosotros mismos.
Se lo dimos a nuestros dos hijos, 5 bolitas por la mañana y 5 por la noche. A los 5 días, al ir a bañar a la mayor, notamos una disminución exagerada de los moluscos, y esa progresión siguió en los días siguientes. Inicialmente, no conseguimos asociar la desaparición del brote con ninguna pauta que hubiésemos establecido, pero luego pensamos que quizás el Munostim le hubiese servido para reforzar las defensas. Tal y como nos dijo el dermatólogo, esa mejora de las defensas implicaba la desaparición paulatina de los moluscos, por lo que la única explicación que nosotros (y los médicos) hemos podido encontrar, hasta la fecha, es precisamente que el tratamiento homeopático ayudó.
Y, por favor, que nadie entienda esto como publicidad engañosa, como un consejo gratuito y banal para otros padres, porque no es nuestra intención en absoluto. Simplemente hemos querido trasladaros nuestra experiencia personal, ha podido ser casualidad y quizás algún día podamos saber lo que realmente ocurrió.
¿Vosotros qué opináis de la homeopatía? Y, en relación a los dichosos moluscos, ¿habéis tenido alguna experiencia similar?
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