Recuerdo cuando estaba embarazada, y entre el papi y yo decoramos con esmero lo que sería la habitación de Nico. Miré miles de catálogos, de colchas a juego con cortinas, lámparas, mecedoras, estrellas a juego con los tiradores de la cómoda… Una cama para cuando creciera, una cuna a juego con el mobiliario…. En fin… Quería una habitación pinterest de película, para cuando vinieran las visitas poderles enseñar la cucada que habíamos creado para el peque, y en aquel momento no me daba cuenta del error tan grande que estaba cometiendo, porque había pensado en todos los detalles, menos en la funcionalidad para un niño pequeño… Estaba cometiendo un grave error…
La habitación me quedó preciosa para la etapa de bebé. Yo tenía mi espacio donde poder darle de comer, un cambiador, su cuna, y hasta una cama por si pasaba la noche con él. Todo muy bien pensado… El tema es que Nico finalmente durmió en la mini cuna, y cuando pasó a su habitación y a su cuna ya era un peque que sabía manejarse muy bien e iba demandando su propio espacio, que no era ni una cama, ni un cambiador, ni un asiento cómodo donde comer… él quería espacio para jugar, normal! Así que no nos quedó otra que poco a poco y según las posibilidades, ir adaptando de nuevo el espacio que habíamos creado. Poco duraron los cambios, porque en nada compramos nueva casa y empezábamos una mudanza, dónde me di cuenta que lo primero que iba a cambiar completamente era la decoración de la habitación del peque!!
Lo primero que cambió fue la cama! Como ya sabéis montamos la cama casita con litera kura, porque para mi era imprescindible una cama pegada al suelo en la que Nico pudiera acceder de forma autónoma y sin la necesidad de barreras.
Esta forma de pensar nos llevó a añadir otros detalles también a su altura, como un colgador para que de forma autónoma deje su abrigo o su ropa, un espejo dónde poder mirarse o peinarse, y una estantería dónde creamos nuestro rincón de lectura, siempre a su altura y no a la nuestra.
El rincón de lectura fue otro gran acierto, además me di cuenta de que cuanto más acogedor era el espacio, más tiempo pasaba en él, así que pensé en añadirle uno de estos Puff juveniles para que pudiera ponerse cómodo y dejara de sentarse en el caballito de madera, que aunque es muy mono entiendo que para pasar mucho rato hacía falta un algo más. Encontramos uno en Puff de Pera con forma de cama que nos pareció ideal, ya que lo usa tanto para leer, como para venirse con él a nuestra habitación y ver la tele a nuestro lado. También para saltar, jugar, y hacer las mil y una gamberradas, que os voy a contar verdad?
Estos puff nos parecieron ideales porque son artesanales, y el tejido es antimanchas e ignífugo, que aunque parezca una exageración yo ya llevé algún sustillo con el enano, así que echarles un vistazo porque hay un modelo ideado para cada necesidad y cada estancia.
En una habitación infantil no puede faltar un espacio para los juguetes, dónde queden recogidos y al mismo tiempo al alcance del peque. Así que añadir un baúl o un cesto, o incluso unas cajas de madera que se llevan un montón es otra excelente idea.
Y por último, recordar que la habitación es para ellos, para usarla y disfrutarla, así que pensar más en funcionalidad, imaginación, y crearla con ojos de niño. Seguro que vuestros peques os lo agradecerán.
En esta segunda etapa, contamos tanto con él a la hora de decorarla, que hasta lo involucramos cuando hicimos la Cajonera con chalk paint, así que hacer un poco lo mismo y dejar que ellos elijan, creen y opinen de lo que será su refugio por mucho mucho tiempo!!
Si pensáis que se me queda alguna idea en el tintero, podéis dejarme sugerencias por aquí abajo y las comentamos!!