Me parece poco respetuoso proceder de esta manera con nuestros hijos, debemos cambiar ese chip e intentar ser más comprensivos y empáticos con ellos. Cuando llegue la hora de alimentarlos debemos ser creativos, motivar, acompañar y hacer de la comida un momento de interacción interesante y de comunicación familiar. Sé que puede resultar bastante complicado y hasta podemos llegar a frustrarnos cuando solo han comido una pequeña porción de carne y se rehúsan a terminar. El secreto está en tener mucha paciencia.
En nuestro caso, ¡mi hijo no quería comer! Era imposible que termine la comida, solo quería bajarse de la silla de comer y jugar o simplemente se distraía con cualquier objeto. Lo que me funcionó fue lo siguiente:
*Creamos un ambiente súper relajado y cero distracciones como la TV o celular, con una atmósfera tan tranquila que nuestros hijos asociarán la hora de la comida con un momento muy agradable. *Desde pequeños nuestros hijos aprenden a base de imitación y que mejor que nos vean saboreando comida súper rica y nutritiva.
*Piero pedía el almuerzo de manera insistente y llegada la hora, se llenaba con tan solo 4 cucharadas. El pediatra me recomendó que simplemente no lo obligue, ya que podría terminar vomitando y en el peor de los casos, una futura obesidad. El truco está en pesar a nuestros hijos antes y después de aplicar el método de no insistir durante varias semanas, esto nos ayudará a controlar si vamos por buen camino.
*Mi hijo odiaba todo lo verde: tipo acelga, brócoli, espinaca, lechuga. Etc. Tuve que camuflar dichas verduras en purés, batidos, huevo revuelto, tortillas y me funcionó de maravillas. Ojo solo deben hacerlo por un tiempo, no digo que lo hagan hasta que tengan 10 años; con un mes es posible que sea suficiente, de ahí poco a poco vamos introduciendo la verduras como tal.
*Mamis bellas mientras que nuestros hijos coman las porciones de cada grupo de alimentos adecuados para su edad, no hay problema. No olvidemos que los gustos aún no están determinados; irán cambiando, a veces de un día para otro, o a lo largo de su infancia.
En efecto, el consumo de proteínas resulta de vital importancia para una alimentación saludable, sobre todo si hablamos de nuestros hijos que gastan energía por montones. Gracias a las proteínas nuestros hijos se desarrollarán sanos y fuertes, por eso, debemos incluirlas en su dieta en la proporción adecuada. Cuando tu hijo comienza a ingerir alimentos sólidos, se incorporan poco a poco las proteínas de origen animal como el pollo, la carne, el pescado, los lácteos (queso, leche o yogurt) y también las que se encuentran en los vegetales y cereales. Realmente una dieta variada le entregará a tu hijo una proteína de calidad y otros nutrientes esenciales que necesita.
Les cuento que pronto saldrá OPTIPRO TV, un programa digital de Comienzo Sano, Vida Sana, en el que podremos resolver nuestras dudas sobre este tema. Los invito a dejar todas las dudas que tengan en el siguiente link: http://bit.ly/2lwsDqv