Cuando nos quedamos embarazadas comenzamos a informarnos, a leer cosas o a preguntar a nuestros médicos o matrona sobre la forma en la que debemos alimentarnos, pero no fui consciente de la gran importancia que tiene esto hasta que no escuché a la doctora Cristina Campoy, Profesora Titular de Pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada, hablar sobre “Early nutrition program”, o cómo influye la alimentación de la madre en el desarrollo de futuras enfermedades en el niño.
Este concepto es muy amplio. Ya en 1963 Widdowson y McCance descubrieron que hay factores en el embarazo, relacionados con la alimentación, que implicarían que el desarrollo normal del recién nacido se viese afectado.
Posteriormente se han hecho estudios de Programación de Alimentación sobre el desarrollo de enfermedades en adultos, que vienen marcadas por una malnutrición fetal y bajo peso en el nacimiento.
Tras la segunda guerra mundial, una zona de Holanda fue asolada por un nivel de hambruna muy elevado, y durante esta etapa se recogió información sobre las mujeres embarazadas y se hizo un seguimiento de esos niños que nacieron. Tras los estudios descubrieron que dependiendo de en qué fase del embarazo estuviese la mujer cuando tuvo esa falta de aporte nutricional, las enfermedades en el niño (enfermedades que pueden aparecer en su fase de adulto) eran diferentes.
Así, si era en el primer trimestre estaba relacionado con enfermedades cardiovasculares; en el segundo con enfermedades del riñón y en la última etapa con obesidad.
Lo que está claro es que el desarrollo cerebral de feto comienza a las pocas semanas de la concepción y que esos primeros “1000 días” del niño se pueden considerar críticos para el desarrollo del cerebro.
Es una etapa en la que sufrir algún tipo de déficit nutricional puede tener consecuencias a largo plazo, por eso es importantísimo que, incluso antes de quedarse embarazada, la futura madre esté preparada nutricionalmente para afrontar esta situación.
Así, por ejemplo, la doctora Campoy habló que el embarazo no es momento para hacer dieta, a no ser que sea recomendada por el ginecólogo, ya que puede haber carencia de nutrientes y el niño puede tener déficit nutricional.
Se está estudiando como este déficit de nutrientes puede generar, en el futuro, enfermedades tanto físicas como mentales, como obesidad, hipertensión, epilepsia, o problemas de conducta.
Tampoco hay que ser alarmistas, ya que este tipo de casos suelen ser extremos, pero lo que es importante es resaltar que la información de la madre durante el embarazo es fundamental para que su hijo crezca sano y no desarrolle enfermedades en el futuro.
Simplemente he hecho un pequeño resumen de lo que se habló en la conferencia, pero el tema me pareció tan interesante que la grabé en vídeo, y he preferido compartirla íntegra para que no quede ningún detalle en el tintero.