La pobreza aumenta cada día más en el mundo. Y la lactancia materna es el único medio de mantener a los bebés alimentados y bien nutridos. Es vergonzoso ver cómo multinacionales “donan” leche artificial en momentos de hambrunas y catástrofes, para generar una necesidad que no es tal. Me avergüenza leer noticias como estas: “Un millar de niños en situación de vulnerabilidad recibirán leche de inicio o continuidad para garantizar su adecuada alimentación”
Los niños en situación de vulnerabilidad lo que deberían recibir es leche materna, que es la única realmente saludable, la que aporta los nutrientes necesarios, la que aporta defensas al organismo y la que es gratis. Regalar leche de fórmula es “pan para hoy y hambre para mañana”. Cuando el regalo se termine, los padres sin dinero tendrán que invertir en leche de fórmula y muchas veces, debido a esa falta de poder adquisitivo, se pone menos cantidad de leche de la necesaria y más agua, para que el bote dure más, poniendo en riesgo la salud del bebé. Lo que de verdad se debería hacer es promocionar la lactancia materna, apoyar a esas madres desde el minuto cero y continuar con su apoyo durante todo el tiempo que sea necesario, hasta que la lactancia esté correctamente establecida. Se debería promocionar una lactancia más allá de los primeros meses.
En una familia con dificultades económicas, en la que muchos de los miembros pasa hambre, los bebés alimentados a teta son los mejor alimentados. Porque el hecho de que la madre no tenga una alimentación correcta o una salud de hierro no hace que la leche que produce sea mala, al contrario, la leche materna que produce una madre “malnutrida” es mejor para el bebé que la leche de fórmula. “Numerosos estudios científicos respaldan la capacidad de la leche materna para cubrir las necesidades nutricionales del niño, incluso en situaciones especiales de la madre, por lo que la alimentación con leche materna es el mejor “seguro de vida” para el lactante” Comunicado del comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría.
Hace años, estas multinacionales llegaron a África, e hicieron creer a las madres que su estado de malnutrición hacía que no produjesen leche o que esta fuera de baja calidad. Muchas madres optaron por la leche de fórmula y muchos bebés murieron de enfermedades prevenibles con la lactancia, por contaminación por la mala manipulación de los biberones o por desnutrición al no tener suficiente dinero para comprar la fórmula que necesitaban. Y aunque esto fue condenado y prohibido, como vemos, se sigue haciendo en todos los sitios.
La lactancia materna previene la desnutrición infantil. En todo el mundo. Y desde Acción contra el Hambre se promueve la lactancia como la forma más eficaz de prevenir la desnutrición porque provee todos los nutrientes necesarios en esta etapa, protege con anticuerpos ante varias patologías y elude la posibilidad de contaminación externa del alimento al salir directamente del cuerpo de la madre. La lactancia materna reduce la mortalidad infantil en un 20% en el primer año de vida.
Promover la lactancia es promover la salud de los más pequeños.