Según un estudio realizado por la OCU y avalado por la agencia Europea de Seguridad Alimentaria, las leches de crecimiento que se aconsejan para los niños entre uno y tres años no son siempre necesarias. Si el niño esta sano y toma un alimentación equilibrada no necesita esos aportes especiales.
La leche es un alimento necesario para el desarrollo de los niños y es muy completo, ya que es rica en proteínas, grasas, vitaminas y minerales, especialmente en calcio. Para los niños menores de un año, no se recomienda que tomen leche de vaca, ya que sus riñones no están preparados para procesarla, aunque la ESPGHAN (The European Society for Paediatric Gastroenterology Hepatology and Nutrition) asegura que sí se les puede dar derivados de la leche en pequeñas cantidades, por ejemplo a partir de los nueve meses pueden tomar yogur natural sin azúcar.
Cuando ya tienen el año de edad, los niños tiene un dieta más variada y se aconseja que tomen como mínimo 600 ml de leche al día, ya sea en leche fresca, yogures o papillas. La OCU afirma que “la leche no supone ningún riesgo para la salud de un niño a partir de un año”.
Tras analizar 15 marcas de leche de crecimiento, ha descubierto que su valor energético es similar al de la leche de vaca, algunas llevan azúcar añadido, tienen menos proporción de proteínas y calcio y presentan aroma de vainilla, lo que dificulta seguir unas pautas correctas de alimentación. Además, las vitaminas extra y los ácidos grasos que se asemejan al de la leche materna, ya se encuentran en otros alimentos que toma el niño como las verduras, la fruta o el aceite de oliva.
Tampoco se puede olvidar el valor económico, éstas leches especiales cuestan casi el doble que la leche de vaca. Lo que aconseja la OCU, salvo que el médico diga lo contrario, es que el niño tome leche de vaca de buena calidad junto con una dieta rica y equilibrada.
¿Qué te ha parecido este estudio? ¿Qué das de tomar a tu hijo, leche de crecimiento o leche de vaca?
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