La música es un gran invento innato a la naturaleza humana formando parte de nuestra cultura desde hace muchos siglos. Comentar que antiguas civilizaciones como la griega y la china, ya hace muchos siglos que conocían sus virtudes y mejoras en nuestro entorno y vidas.
Desde el blog hemos escrito otros artículos en otras ocasiones hablando de las bondades y beneficios que la música genera en los bebés. En los últimos tiempos los estudios y los expertos revelan que ya desde que somos bebés posiblemente antes somos capaces de sentir el ritmo de la música. Generando de esta forma unos estímulos que serán muy positivos para las capacidades de nuestros pequeños.
¿El motivo?
Los bebés tienen un cerebro que evoluciona muy rápido para conseguir un rápido aprendizaje y adaptación al medio, aprovechando esto y ejercitándolo de la forma correcta se pueden llegar a mejorar las capacidades y por ende su potencial.Dicho de otra forma en los bebés el cerebro es mucho más plástico, es decir, una esponja que es capaz de absorber y asimilar la mayoría de estímulos recibidos, por lo tanto, su capacidad mental es mayor y más activa que en los adultos.
Estimular sí, pero a partir de qué edad?
No se tiene constancia de una edad determinada, sólo comentar que nunca es tarde. Algunos expertos dicen que a partir del sexto mes es lo más recomendable, pero estudios más recientes están desvelando que incluso bebés en el vientre ya son capaces de oír y sentir, beneficiándose de las capacidades estimulantes de la música.Como cada vez estamos más concienciados con los beneficios de la música, no resultará extraño que los apliquen en las guarderías y jardines de la infancia. Estas experiencias suelen ofrecerlas a partir del año hasta los tres, así un ratito de música calma también a las fierecillas y junto a otro de relax se benefician de estos estímulos.
Por lo tanto gracias al avance también en la educación los educadores y maestros son mejores pedagogos, utilizando cada día mejor la psicología y los estímulos para la mejora en los sentidos y aprendizaje, mejorando la psicomotricidad, coordinación en el espacio y el habla.
Los beneficios principales podemos pensar que se dan en el desarrollo del oído. Pero se recomienda que los sonidos y melodías vayan cambiando en timbre, ritmo, altura, intensidades y duración, de esta forma se consiguen grandes mejoras desde edades tempranas en el aprendizaje. Es aconsejable exponerlos ya desde que están en el vientre.
¿Qué clase de sonidos se deben utilizar?
La música y sonidos que se utilicen deben ser de un registro medio aplicadas de forma suave, ni demasiado graves ni demasiados leves. Buscamos una estimulación dentro de la calma y la serenidad, no crear una sobre excitación. Así que en este aspecto la música de culto o clásica suele ser la más adecuada para esta tarea.Y es que en un estado de relajación que permite crear este tipo de música con sus beneficios junto a la voz de la madre, suelen formar un tándem perfecto que permiten a los pequeños disfrutar de estos buenos ratos. Además debemos tener en cuenta que escuchar la música en familia suele favorecer los lazos afectivos, mejorando a parte del sistema cognitivo, otras características tan importantes como la sensibilidad y el desarrollo afectivo y social, la inteligencia emocional.
Como ya hemos visto si buscáis que vuestros bebés adquieran un aprendizaje más rápido, nada mejor que estimular su inteligencia emocional. Así que cuanto antes mejor, desde los 6 meses ya se nota y suelen presentar una mejor preparación pre verbal, de estar forma adquieren antes y de forma más fluida el habla y la adaptación a diferentes idiomas. Además, su coordinación psico-motriz avanzará de manera notable. Es especialmente importante recordar que la música se usa como terapia para las personas con problemas de personalidad y psicológicas.
Consejos a seguir
Aquí os dejamos un tips o sencillos consejos para que se cautiven por la música desde pequeños y lleguen a ser grandes melómanos en la edad adulta:A los bebés les gusta experimentar y explorar, por eso es recomendable dejarles objetos sonoros como sonajeros, peluches musicales y carruseles musicales de cuna con adorables peluches voladores.
Escuchar música no muy potente y combinarla con movimientos de bailes sencillos, como dar palmas, levantar los brazos o seguir la mímica del baile.
Conforme vayan creciendo podemos interesarnos por sus gustos musicales para adaptarnos a sus gustos, bailes y se adapten a diferentes patrones musicales y vayan siguiéndolos.
Así que ya sabéis si queréis que los progresos de vuestros bebés sean más rápidos y mejorar su potencial de capacidades, poner la música en su vida de forma progresiva y veréis su bondades conforme crezcan.
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Fuente: este post proviene de La Cestita del bebé, donde puedes consultar el contenido original.
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