Hacer los deberes
Ha comenzado el curso escolar y por ende, los padres deben hacer hueco para una tarea más: ayudar y prestar apoyo en el estudio de sus hijos en el hogar. Es habitual encontrar a padres que se convierten en maestros, para facilitar el desarrollo intelectual de sus hijos.En muchos casos, la falta de tiempo o de conocimientos sobre la materia puede generar en el adulto diferentes emociones, estados y verbalizaciones negativas, relacionados con la culpa, ansiedad, tensión o dudas de la capacidad como padres.
No solo se asientan los conocimientos que han aprendido durante el día en el colegio, si no que están transmitiendo constancia y perseverancia ante el trabajo, por lo que hay que crear un ambiente relajado, al margen de presiones.
Los padres son las primeras figuras de referencia con la que se va a encontrar un niño, convirtiéndose así, en los primeros modelos a seguir.
¿Cómo enfocar la hora de estudio?
El método educativo que se elija ha de ser flexible y tener en cuenta las características que rodean la situación y la individualidad, tanto del padre como del menor, se ha de crear un ambiente que se caracterice por ser un momento de interacción y bienestar entre padres e hijos.Durante el momento de estudio muchas veces se puede perder la paciencia.
Hay que tener en cuenta la edad del niño y lo que conlleva, las preguntas que realiza, responder acorde a las necesidades individuales que presente, tener en cuenta las responsabilidades que puede abarcar…
Recomendaciones
Tenemos que fomentar que elabore sus conclusiones y dirigirle si lo requiere para poder llegar a su objetivo, de forma tranquila, animándole a que lo consiga.No castigar ante los errores, ni burlarse.
Escuchar activamente sus inquietudes y preocupaciones, lo que nos permitirá detectar sus miedos e inseguridades.
Nunca comparar con los demás.
Estimularle con diferentes materiales o actividades relacionadas con la materia, para inculcar interés por el aprendizaje de una forma lúdica. (Visitar bibliotecas, hacer lecturas conjuntas…)
Darle tiempo en sus respuestas, que se sienta cómodo a la hora de expresar o comunicarse.
Transmitir confianza, y fomentar que perciba de forma positiva su capacidad.
Ser coherentes con lo que se hace y se dice. Que los niños alcancen un resultado positivo en el estudio no solo se debe a su capacidad de memorización, también influye su razonamiento, la capacidad de interactuar y comunicarse y la confianza en sí mismos, entre otros.
Es importante compartir un momento con ellos y tener en cuenta que lo que importa es la calidad y no la cantidad en muchos casos.
¿Qué obstáculos nos podemos encontrar?
A día de hoy nos encontramos con dificultades para fomentar el estudio en casa, puesto que existen distracciones que alejan del estudio a nuestros hijos.Si no se utilizan debidamente la televisión, el móvil, Internet o los videojuegos, se pueden interponer en nuestro objetivo, porque:
Dificultan el desarrollo de las habilidades de comunicación, la acción, disminuyen el esfuerzo, y la adquisición de habilidades sociales, etc.
Dificultan el desarrollo de la concentración.
Facilitan el aislamiento social, exposición a conductas no saludables y violentas, así como a riesgos de privacidad.
Por lo tanto:
Es importante delimitar el tiempo de uso, así como los contenidos a los que los menores acceden.
Impedir que generen una dependencia y sustituyan el juego, los hobbies y otras formas de ocio, así como su desarrollo intelectual.