Esta vez no voy a hablarte de ninguna de mis experiencias. Lo va a hacer Marta que espero esté mucho por aquí para que nos cuente siempre que le apetezca todo lo que quiera de la maternidad, que como madres, tanto nos gusta compartir.
Marta desde hoy y hasta que quiera va a colaborar con mi blog para contarnos muchas cosas. No sólo te lo contará aquí, también lo hará desde su propio blog Peque felicidad en el que vas a ver temas relacionados con la maternidad y con otras muchas cosas como manualidades, recetas, juegos...
En su primera colaboración nos cuenta con muchísimo amor como empezó y cómo es para ella la lactancia materna. Estoy segura que muchas de vosotras os sentís identificadas y os emociona su relato.
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MI SÍ LACTANCIA: COMO SUPERÉ LOS PRIMEROS MESES DE LACTANCIA MATERNAMe presento, soy Marta, tengo 28 años y fui mami hace ahora unos 17 meses y medio.
Cuando Ana y yo hablamos sobre la posibilidad de colaborar con Mamá de verdad y propusimos el tema de la lactancia, vi su post sobre su no lactancia materna y decidí contar mi SÍ LACTANCIA, abriéndome, como lo hico ella en su día. Son testimonios muy diferentes, pero los dos, sin duda, duros, llenos de amor, ese amor que es tan fuerte que sólo una madre puede sentir. Su instinto no le permitió en ese momento dar el pecho, pero en mi opinión hizo lo correcto. La lactancia es cosa de dos, y si la mami no está agusto, el bebé támpoco lo estará, aúnque ella piense que no, creo que se limitó a seguir su instinto y hacer lo mejor como madre para su peque.
ESTA FUE MI LACTANCIA MATERNA LOS PRIMEROS MESES:
Mi peque ha sido uno de esos bebés INTENSOS, MUY INTENSOS... Desde el principio tuve claro que quería darle pecho. Aúnque nunca imaginé que seguiríamos con la teta hasta hoy.
Creo que los cuatro primeros meses son los más cruciales para establecer una lactancia sólida y duradera. Una vez pasada esa "barrera" comienzas a ver luz. No es que todo vaya sobre ruedas a partir de ese momento, pero si consigues llegar hasta ahí, es fácil que podáis llegar hasta donde tu bebé y tu queráis.
Los primeros meses, son DUROS, sí, DUROS. Al menos para mí lo fueron.
Os cuento desde el principio:
Después de un parto muy complicado que me dejó algunas secuelas físicas importantes con un prolapso, del que no me he recuperado del todo a día de hoy, (a pesar de hacer rehabilitación). Psicológicamente también me costó unos meses superar lo que pasé y la experiencia traumática que para mí supuso.
Fue un parto natural en el que me hicieron la maniobra de kristeller, (sin consentimiento por supuesto) y sacaron al peque con ventosa. Eso después de llevar no sé ni cuantas horas yo sóla con mi marido en una sala de dilatación completamente dilatada empujando sin nadie que nos asistiese, notando como el bebé quería salir y desesperada casi llorando para que alguien nos hiciese caso. Cuando alguien entraba a pasarse un minuto por allí, abrían la puerta y decían; "es que como no te pongas las pilas y empujes bien vamos a tener que instrumentalizar el parto, así que tu misma". Toda aquella frialdad en aquel momento tan importante, la sala totalmente fría, vieja, los empujones subiéndose encima mío.... Todavía me ponen la piel de gallina. (Si me quedase embarazada otra vez iría con muchísimo miedo al parto por la primera experiencia que tuve).
A pesar de todo sí tuve "la suerte" de que me pusiesen a mi niño en brazos nada más nacer; aún recuerdo su olor a vainilla, sus pelitos mojados y negros, sus mejillas sonrojadas y esos movimientos lentos y pausados como si siguiera dentro de mi barriguita, flotando.
Me llevaron a la sala de recuperación y a pesar de que lo primero fue darle un bibe, (por su cuenta), conseguí que se agarrara muy bien enseguida a su pechete, tanto, que no lo ha soltado casi hasta el día de hoy.
La primera semana creo que apenas dormí nada absolutamente. El peque tuvo fiebre la primera noche y digamos que fue una noche complicada, (de las que añado a mi pequeño trauma hospitalario). El cuerpo humano es tan íncreible, tenemos tanta fortaleza escondida... que es díficil saber donde están nuestros propios límites.
Los primeros minutos y los primeros días de vida es fundamental poner al bebé al pecho muy frecuentemente, para estimular la subida de la leche. Las matronas del propio hospital te pueden ayudar con la postura que tiene que adoptar el bebé para que mame bien, (si te duele, diselo rápido a la matrona para intentar coger el punto de la postura correcta, antes de que se originen grietas). Aúnque parezca que no le sale nada, el calostro es un alimento importantísimo para el recién nacido. El cuerpo es muy sabio, no esperes a que el bebe llore para ofrecerle el pecho; busca señales, que abra la boquita, que se lleve las manos a la boca, que haga ruiditos.
Los primeros dias de lactancia recuerdo que sentía una sensación de molestia, me agobiaba casi incluso que el bebé quisiera volver a tomar. Me dolía y me molestaba, tuve la suerte de no tener grietas practicamente y eso ayudo mucho, pero recuerdo la sensación dolorosa de la contracción del utero y las molestias y dolor del pezón y agggghh... Los primeros dias usé "purelan" y a mí personalmente me fue bien. Previamente en el embarazo desde el mes 6 había preparado el pecho con una formula magistral que me recetó mi ginecóloga para que me la hiciesen en la farmacia. (Sé que, teoricamente, no hace falta preparar el pecho de ninguna manera porque ya está preparado, si no hubiese hecho estas preparaciones, quizá, tampoco hubiese tenido grietas, pero la realidad es que a mi me fue de maravilla.)
Y por fín subió la leche, el pecho se me puso tenso como una piedra, me molestaba e incluso me dolía... iba goteando leche, y tenía las hormonas revolucionadas completamente. Lo que a mi me ayudó cuando estaba muy molesta con el pecho fue; darme baños de agua calentita y masajear en movimientos circulares las zonas más duras. Fundamental cambiar de posición al bebé cuando mame con la naricita apuntando hacia donde están los bultos, no espaciar mucho las tomas, ofrecer primero el pecho que está más duro o tiene bultos y que se produzca un buen vaciado del pecho en cuestión. (Yo, en cada toma daba de un pecho, pero supongo que cada mami tiene su técnica). En cuanto detectes estos bultos o endurecimientos fundamental atacarlos cuanto antes, si no puede que se complique y derivar en una mastitis.
Los primeros dias fueron un auténtico caos, mi bebé recien nacido sólo quería teta TODO EL TIEMPO, las visitas, mis hormonas revolucionadas, la gente que no paraba de opinar...
Algo que eché en falta infinitamente los primeros dias de vida de mi hijo fue la tranquilidad.
La tranquilidad en casa hará que tu estés tranquila y eso se lo trasmitiras al bebé. Es comprensible que la familia quiera conocer al pequeño, pero tienen toda una vida para estar con él. Las visitas no se deberían alargar más de 15 minutos. Ninguna visita es más importante que la calma del bebé en esos momentos. (Y ya no opino sobre el hecho de que vaya de mano en mano, que lo despierten...etc).
Tener a la suegra, o a la madre, opinando de que se queda con hambre, de que no coge bien el pecho, incluso, metiéndose encima casi, en las tomas, en esos primeros momentos tan "vuestros" no ayuda precisamente.
A todo eso sumamos un bebé MUY INTENSO con el que apenas podía sacar 10 minutos al día para ducharme, desconocimiento de la lactancia, el pediatra acechando (con la tensión de que si ha cogido más o menos peso y debería haber cogido más, porque no llega a la estadística.). Vamos, que cualquier persona tiraría la toalla.
Es importante que el bebé vaya cogiendo peso, pero tampoco hay que obsesionarse en exceso, con percentiles, medias....
Cada bebé, en la lactancia, como en todo, sigue su propio ritmo. Hay bebés que harán tomas muy largas y espaciadas, otros cortas y frecuentes, otros no querrán mamar tanto, no hay nada escrito.
Mi peque quería mamar todo el tiempo, todo le ponía nervioso, todo le alteraba y sobreestimulaba. Su pechete era su refugio. Así que los tres o cuatros primeros meses, no hagas planes. Tu plan es tu bebé, y el mayor reto es adaptarte a sus ritmos. Dormir cuando él duerma y darle el mayor contacto posible.
En ocasiones, veía dias llenos de luz, en los que mi bebé parecía estar algo más relajado y podía ducharme, salir a dar un paseo, coger energía. Pero también tuve que hacer frente a los llamados "brotes de crecimiento", esos días agotadores en los que el bebé NO SE DESPEGABA DE LA TETA NI UN SOLO MINUTO. No había tomas que valiesen, era todo el día tomando. Pero supongo que eso era necesario para que mi pecho regulase la producción que el peque demandaba.
¿Qué es lo que pensaba yo? Mi bebé no se sacia, se queda con hambre. Recuerdo que busqué esa frase por internet tropecientas mil veces. LLoraba, me desesperaba, hubo días completamente agotadores, machacantes, viendo que mi peque lloraba toooodo el tiempo, y tenía esa sensación de no saber por qué.
El mejor remedio; tranquilidad, piel con piel, él, yo y un buen sofá comodo para pasar las horas conociendonos, mirándonos...
Ahora recuerdo esos duros dias con ternura e incluso los echo de menos; a solas con mi bebé, tan pequeñito, tan indefenso, tan inseguro...
Los meses fueron pasando y mi baja por maternidad acabó. A esas alturas el peque había "mejorado" bastante, respecto a los tres primeros meses. Conseguía aguantar por la calle despierto algunos ratitos cortos sin llorar, empezaba a jugar algunos minutos, las tomas empezaban a ser más espaciadas... Pequeños destellos que me hacían inmensamente feliz.
Mi incorporación al trabajo fue muy progresiva, me hice con un sacaleches, y conseguí continuar con la lactancia sin problemas. En este post os cuento como conseguí compatibilizar trabajo a jornada completa y lactancia.
Pasé por una mastitis que conseguí solucionar con un par de dias de reposo y de teta intensiva con el peque.
¿Lo más dificil a partir de ese momento? El sueño, sin duda alguna. No penseis que este peque me daba tregua por las noches. Estando de baja lo llevaba mejor, porque me podía adaptar a su ritmo y dormir por el día cuando él se quedaba dormirdo, pero cuando empecé a trabajar además de que demandaba mucho más por las noches, yo no podía dormir nada por el día, una vez más me di cuenta de la fortaleza de mi cuerpo y de que tengo más resistencia de la que me hubiese podido imaginar núnca.
Pero el sueño ha ido mejorando también con pequeños avances y algunos retrocesos, pero mejorando.
Yo me fuí haciendo completamente a la lactancia, el pecho también, ya no se ponía duro, ni goteaba, había aprendido a regularse perfectamente, el peque fue regulando su demanda, poco a poco fui valorando cada vez más esos momentos de pechete (como dice hoy mi peque), de unión, ese vínculo de amor. A veces lo miro enganchado a su pechete; suspira relajado, me mira... me acaricia, se le cierran los ojitos, y lloro, porque me da penita pensar que eso se nos acabará. Es algo tan bonito...
Que, sin duda, todo lo difícil, todos los obstaculos, todas las molestias de los primeros meses merecen la pena, seguimos despertándonos por las noches, pero nos compensa.
Este es un resumen de los primeros meses de nuestra SÍ LACTANCIA, como veis no fueron un camino de rosas precisamente, pero en la lactancia, como cuando escalas una montaña, de repente un día llegas a la cima, miras a tu alrededor, y todo lo que ves es bonito.
A todas las futuras mamis que estéis nerviosas por si conseguiréis dar el pecho o no, sólo tenéis que seguir vuestro instinto y despreocuparos de los agentes externos.
VAIS A HACERLO BIEN
Ya os he avisado, es un relato escrito con muchísimo amor, cada palabra que dice demuestra todo lo que se siente por su peque. A mí me ha dejado con una mucha sensación de felicidad. ¿a tí que te ha parecido?
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