Llegaste sin tener muy claro que estabas de camino, aún faltaban 6 días para llegar a la fecha probable de parto, pero solo era eso, una fecha probable que no cumpliste, me despertaste a eso de las 7, pesada y con calor, y con molestias que iban y venían, tras dos horas con esas molestias caí en la cuenta que podían ser contracciones, así que llamé a papá y le dije: Creo que tengo contracciones, pero no estoy muy segura, no hace falta que vengas, ¿o sí?, a los 5 minutos me dió por pensar que: ¿Y si esto ya había empezado y no me daba tiempo a llegar al hospital? Así que al final le dije que viniera para casa, pero tranquilamente, que no corriera que seguramente no estaría de parto, preparé las cosas, me duché y recogieron a tu hermano, me moría de la pena solo de pensar que tenía que dejar a mi bebe para ver nacer a mi otro bebé, que llorera mas tonta me cogí.
Las molestías cada vez eran mas seguidas, aunque a penas me dolían, así que ya tuve claro que venías de camino, que ya no eran molestias, eran contracciones, tenía una mezcla rara de sentimientos, alegría, miedo, ganas de verte, de conocerte, de besarte, de estar con tu hermano, de llorar, de reir…
Llegamos al hospital, efectivamente estaba de parto, venías y en pocas horas te tendría en mis brazos, me ingresaron a las 12:00 p.m. una habitación de dilatación tranquila, solos papa y yo, una matrona que fue un encanto, le comenté que quería estar tranquila y que no quería epidural, a lo que me contestó: Pues te echo un poco la persiana, te cierro la puerta y si me necesitas me llamas, no podía pedir mas, me senté en un sillón a hablar con papá, de como serías, cuanto tardarías en nacer, de todo lo que te ibamos a querer y de las ganas que teníamos que tu hermano mayor te conociera, así pasaron un par de horas y noté unas ganas increibles de pujar, a esto que dije: Creo que es hora de llamar a la matrona.
La llamamos y en un plis estaba en la habitación, le dije: Tengo ganas de pujar y me dijo asombrada: ¿Ya? Me preguntó si podía hacerme un tacto (por cierto el único que me hizo) y me dijo: Voy a ir llamando a paritorio para hacerte un hueco, en 10 minutos vinieron dos auxiliares para llevarme a paritorio y de repente me entró un sueño increible, no recuerdo el camino de la habitación al paritorio, solo escuché: ¿No tiene epidural? Pobrecita. Y aunque no le pude contestar por que me quedé traspuesta del sueño, mentalmente le dije: ¿Pobrecita de que? Estoy estupenda y voy a sentir nacer a mi hijo.
Alguién me dijo: ¿Puedes subirte ahí? ¿O te ayudamos? Me desperté y dije: Yo puedo, gracias.
En menos de un segundo las ganas de pujar subieron de 2 a 500, vi a la matrona super nerviosa decir: ¡Espera! ¡No me da tiempo! A lo que escuché PLOFFFFF pensé que te habías caído, pero no, fue la bolsa que se rompió, un segundo pujo y ya te tenía en mi pecho, eras una bolita de mofletes gordos y rojitos, con un pelo de color rubito, estabas hinchadito, pero aún así, eras el bebé mas guapo que podía haber, en un plis ya estabas enganchado a tu teta, no podía dejar de mirarte, me habías enamorado en un segundo, eras perfecto, te mirara por donde te mirara, tuviste el nacimiento que te merecías, sin presión, sin ningún tipo de intervención y sin ningún tipo de medicamento, solo tú y yo.
Eras un bebé rubito y de ojos claros, digo eras por que los ojos claros solo fueron unos días, ya tienes tu color, color miel, y un pelo rubio/rojizo que te comería a todas horas.
Eres el bebé de la eterna sonrisa, de alegría constante, me llenas de vida con solo mirarte, este año para mi ha sido cuanto menos intenso, ha sido genial, gracias a ti y a tu hermano que llenáis de alegría y de amor cada rincón de esta casa.
Hemos pasado algunos momentos malos juntos, pero eso es lo importante que hemos estado juntos, despertarme y verte a mi lado es lo mejor que me puede pasar cada día, abrazarte y sentir tu cara junto a la mía, tus abrazos y tu manita cuando me dices adiós.
Te voy a querer todos los días de mi vida, por que tu eres mi vida.
Feliz primer cumpleaños rubio.
Te quiere, mamá.
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