Hace mucho escribí su nacimiento, pero por descuido perdí mi preciada redacción, 8 años después me encuentro rememorando ese día y volviendo a plasmar sobre una hoja virtual aquel día inolvidable.
Disfrutar conmigo del primer día mas maravilloso de mi vida.
Sobre las 4 de la madrugada note molestias, cuando de repente note que mojaba la cama, "¡¡vaya, me hice pis!! estoy tan gorda que ya no retengo" - fue mi pensamiento... así que me levanté y en ese momento comprendí lo que realmente pasaba, un río corría por mis piernas, sin lugar a dudas había roto aguas.
Rápidamente desperté a Ismael y nos pusimos en marcha.
Recuerdo claramente el dolor que tenía en el coche, la cosa iba en aumento a un ritmo tremendo y por mi mente se mezclaba un montón de pensamientos, sensaciones, miedos... lo único que tenía realmente claro es que este proceso no se podía parar y que con seguridad en unas horas estaría con mi "bichito".
Una vez apañado el ingreso y las exploraciones pertinentes, me llevaron a la habitación hasta que llegara el momento de ponerme la epidural.
No recuerdo cuanto tiempo estuve allí, lo único que sé es que me retorcía como una culebra, quería respirar como me habían enseñado en las clases de preparación al parto, pero no conseguía atinar con el ritmo adecuado.
Desesperada pedí la SANTA EPIDURAL BENDITA y aaaaaaahhhhhh el alivio fue tan grande ...
Lo recuerdo todo como en una nube, un rato mas tarde la doctora me decía que el momento ya había llegado y que la coronilla estaba fuera, era el momento de entrar en el paritorio, cuando me quise dar cuenta ya estaba allí, recuerdo tener muchísimo frío, enfermeras pasando por delante mío y es cierto eso que dicen que en ese momento no te importa estar espatarrada y que todo el que pase te vea, en teoría enfermeras, pero que si hay alguien extraño te importa muy poco.
En ese momento solo podía pensar en dos cosas, una que estaba a punto de ver al ser mas bonito del universo y dos que donde estaba Ismael porque no lo veía y no podía hacer esto sola.
Mientras divagaba en mis nerviosos pensamientos y tiritaba como una posesa, la doctora me dijo que era el momento de empujar, pero ¿donde se había metido Ismael? cuando de repente le note detrás mía ayudándome a empujar y animándome, ahora si que podía hacerlo.
Tres, cuatro, cinco empujones y que Sara no sale, al final la matrona tuvo que ayudarme, Sara venía de cara y con un brazo por delante, pero perfecta, en cuestión de unos minutos mas estaba en el mundo, llorando y con la cara morada, pero preciosa, cuando me la pusieron encima mis ojos contemplaron lo mas maravilloso del mundo, nada sería equiparable a ese momento, un ser perfecto, mi legado al mundo estaba ya en mis brazos.
Feliz Cumpleaños Mi Princesa!!!! Te Quiero!!!!
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