El domingo 2 de Noviembre nos invitaron a Cieneguilla a un almuerzo, como yo aún no puedo manejar por el tema de mi operación tuve que viajar en el carro de uno de mis amigos del colegio y que obviamente también estaba invitado, se siente tan raro ir de pasajero después de haber manejado tanto tiempo pero es algo que no puedo evitar, la salud es primero.
El viaje fue de lo más normal, solo que nos demoramos un poco porque doblamos hacia el lado equivocado en La Molina por la zona del Lago pero pudimos retornar a la ruta rápidamente. Habían invitado a varias personas, algunas conocidas y otras por conocer. Nosotros aprovechamos el día porque era la primera vez que íbamos para allá con la bebé y habían varias cosas que íbamos a probar con ella por allá.
Lo primero que hicimos ni bien llegamos fue ordenar las cosas, bajar todo el equipaje, el cual era casi todo para la bubu, saludar a la familia que nos acogió y esperar a que lleguen los demás invitados, en ese lapso de tiempo quisimos aprovechar la piscina, lamentablemente estaba vacía pero para suerte nuestra el jacuzzi estaba con ese líquido elemento llamado agua. Por experiencia propia sabíamos que a nuestra hija le encanta el agua, su hora favorita es la del baño porque aprovecha cada minuto jugando y chapoteando, por esa razón decidimos que sería bueno probar que la bebé entre a la piscina pero con ayuda claro.
Yo tuve que sacrificarme por la familia y acompañar a mi hija a la piscina, empezamos poco a poco para que nuestra pequeña no se asuste, todo salió perfecto, le gustó mucho el agua pero solo estuvo poco tiempo para que no se nos enfrié mucho, aparte de que fue ella quien pidió salir de la piscina al poco rato y fue más que suficiente, con esto ya teníamos la primera prueba superada.
El almuerzo estuvo muy bueno, lomo saltado con papas fritas, arroz y ensalada, para mí fue solo la carne y la ensalada, del postre solo lo vi pasar pero logre probar un poquito, la dieta me tiene controlado.
Ya después de terminar y ordenar un poco las cosas se dio inicio a la hora de los juegos, nosotros aprovechamos para que la bubu juegue un poco en el súper jardín, que es inmenso, fue ahí donde sucedió lo inesperado, mi hija dio sus primeros pasos sola, no lo podíamos creer, la alegría y los nervios se mezclaban entre sí, estábamos atentos a que no le pase nada al caminar, fue increíble, probamos varias veces, aumentando de a pocos la distancia entre nosotros, y fue así como la bebé empezó de lo más normal a caminar de un lado al otro, lo más gracioso fue que en una de esos intentos se nos escapó y empezó a caminar como si nada, nos sacó una ventaja de como 4 metros y solo nos quedó ir detrás de ella para que no se nos accidente.
En resumidas cuentas fue un domingo para recordar, dos logros cumplidos, emoción, alegría y algarabía al máximo, todos los asistentes estaban bien contentos, no siempre puedes ver a un bebé dar sus primeros pasos. Ahora tratamos que nuestra hija se suelte un poco más para que vaya agarrando confianza en sí misma y en sus pasos. Como Padre primerizo, vivir estos logros no tiene precio, he dicho.