Hoy por hoy se han convertido en una verdadera tortura, no han pasado ni veinte minutos y verdaderamente mis pies ya gritan junto conmigo.
En la entrega de diplomas de Bachiller de mi hijo me compre unas sandalias hermosas que hacían juego con mi vestido, desde que las vi me enamore de ellas y las guarde para esa tarde.
Grande error, enorme.
Soy del tipo de mamás que saca miles de fotos, estudie comunicación y aparte en alguna época me dedique a ser fotografa en eventos sociales y me iba muy bien , así que es una parte de mi, sacar fotos, ese día con la emoción del momento me dedique literalmente a perseguir a mi niño junto con sus amigos para captar todo momento que le causara grandes recuerdos a futuro, lo que no tome en cuenta era que mis sandalias serían mi peor verdugo.
Mi Madre siempre me dijo: "nunca pierdas el estilo, ni la elegancia y aunque te sangren los pies, los tacones no se quitan".
Pues que me lo tomo literal, eso de las pantuflas y cambio de zapatos en los eventos no es lo mio, pero bueno mi hermana y yo ya estamos programadas por decirlo de alguna forma, pobres de nosotras si en alguna boda con mi Madre insinuábamos que nos dolían los pies, pero esa es otra historia.
La cuestión es que mis sandalias me tenían en estado casi de penitencia de inquisición, se me acerca una amiga querida y me dice que todo esta hermoso a lo que yo le contesto que si pero que mis pies me estaban matando, ella en el segundo volteó a verlos y me dijo: "pues que esperabas si traes sandalias de tiritas"... yo quede como en un mundo alterno, entonces las famosas tiritas de mis divinas sandalias eran la causa, no el tacón, lo analice y vi mi dedo chiquito casi a punto de la gangrena por la famosa tirita y bueno la altura del tacón también hizo lo suyo, no le he de quitar mérito.
Mi cuñado corrió y consiguio sillas para todas, en ese momento después de más de tres horas de "trabajo de Madre" yo decidí que tenía fotos suficientes de tan solemne y orgulloso evento y por fin,me senté.
Sobra decir que no dormí por el dolor de pies y lo mejor viene después: Al día siguiente era la fiesta de gala de la graduación, otros tacones me aguardaban.
La mañana del día siguiente tuve los pies en alto con altas cargas de crema de mentol alcanforado que recomiendo porque si funcionó y por la noche mis pies ya estaban como nuevos.
A los 40 si, confieso que los tacones ya no son lo mío porque sufro de la espalda, solo que exista alguna fiesta o comida los uso y generalmente todos los que tengo son muy comodos,claro a excepción de estos de tiritas, pero jamás imaginé que a estas alturas los sufriría cual quinceañera caminando como perico en alfombra jajajaja, bueno, exageré un poco, pero si creo que los que inventaron estos zapatos fueron definitivamente hombres que querían vengarse de alguna forma de nosotras, ellos los usaron también en las cortes del siglo XVlll , por algo los dejaron después solo para nosotras...está de pensarse no? Gracias por tu tiempo.