La única diferencia entre los masajes prenatales y regulares es que los primeros obviamente están diseñados para satisfacer las necesidades específicas de las mujeres embarazadas, debido a los cambios constantes y dramáticos que sufren sus cuerpos, ya que en un espacio de tiempo muy corto, las mujeres ponen a prueba el funcionamiento de todo su organismo.
Nada mejor que un masaje relajante para que la futura mamá se sienta libre de tensiones y sobre todo llena de tranquilidad.
Puntos clave del masaje para embarazadas
Para la mayoría de las embarazadas es bastante incómodo acostarse boca abajo, incluso en los primeros meses de embarazo, y una vez que la pancita crece, es casi imposible hacerlo. Por ello, hay que buscar una posición cómoda que le permita a la mujer relajarse.
Para que el masaje sea bastante satisfactorio, la embarazada debe acostarse o sentarse (dependiendo del masaje) en una posición agradable para ella. La postura más recomendada es colocarse de lado, tapando con una toalla las partes que no se vayan a trabajar por el momento, para que la mamá no se “enfríe”.
La zona más comprometida durante el embarazo es la cadera, de manera que esta es la parte más idónea para comenzar el masaje. Por lo general, el masaje proporcionado se da de forma circular, para ir quitando la tensión que se genera como consecuencia del peso constante que lleva esta parte del cuerpo.
La espalda también es uno de los puntos que más puede llegar a doler durante el embarazo, sobre todo en las etapas finales. Por ello, nada mejor que un masaje completo en forma circular que recorra desde la parte superior, específicamente desde los hombros, hasta la zona de los riñones.
Un terapeuta especializado en masajes sabrá exactamente cuáles son los puntos claves que debe aliviar, sin embargo, cada persona es diferente así que es muy importante que le comuniques sobre tus necesidades específicas y los lugares donde sientes más tensión o dolor.
Otras partes que necesitan atención son los hombros, la parte superior de la espalda y sobre todo la parte inferior, principalmente en las últimas etapas de gestación porque es en esta etapa cuando la espalda baja sufre muchísimo.
El abdomen también puede ser tratado durante la sesión de masajes dando pequeños recorridos suaves por la zona del estómago y los laterales de la barriga, con el fin de favorecer la digestión y relajar la tensión acumulada. Obviamente en esta zona hay que tener mucho cuidado, por ello hay que masajear con suavidad y de esta manera favorecerás tanto a la mamá como al bebé en camino.
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