Mi primer aborto, si, habéis leído bien. Mi primer aborto porque no fue el último.
No hubiera pensado nunca en escribir sobre esto, pero desde hace unos meses me lo pide el cuerpo sé que muchas habéis pasado por lo mismo y sé que a muchas os va a ayudar leer y ver que no estáis solas, es una forma de sentirse acompañada o al menos eso espero. Igual que yo lo he estado con todas las historias que me habéis contado o las que ya intuíais lo que me había pasado.
Supongo que no podré evitar emocionarme y sacar un poco la pena que me acompaña desde hace tantos meses aunque no es esa la intención sino todo lo contrario, creo que las cosas pasan por algo y sé que antes o después llegará!
Normalmente soy bastante blanda pero con las cosas realmente importantes cojo el toro por los cuernos, me crezco y avanzo, así he pasado el último año, con mis altibajos pero siempre mirando hacia delante.
Físicamente también lo he notado. Casi un año con anemia fue dejando unas ojeras profundas, el cabello apagado y algunos kilos hay cositas que se han ido instalando en mi pero que también pasaron o pasarán.
He escogido estas fotos de nuestro viaje a México porque me trasladan un poco a ese momento
Y ahora empiezo la historia, me vais a perdonar porque ha pasado casi un año y hay cosas que habré olvidado tengo datos de analíticas y demás, si para alguien es importante podéis dejarme un mensaje al pie y lo buscaré.
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Mi primer aborto: para mí fue el más duro porque mi cabeza no había barajado esa posibilidad y la situación en sí fue tan dantesca que sentí ganas de no salir nunca de la cama.
Me quedé embarazada en el verano de 2016, no nos había costado apenas y estábamos felices
Igual que me pasó en el embarazo de Alejandra fui precavida y preferimos no contárselo a nadie hasta tener la seguridad de que todo iba bien aun así me había propuesto disfrutar de este embarazo plenamente, ya que en el primero fui demasiado prudente.
Dejamos volar la imaginación. nos planteábamos lo perfecto que era Marzo para dar a luz si a Alejandra le haríamos una nueva habitación qué bonito sería la parejita (para él ya teníamos nombre) qué bonito sería también una hermana para Alejandra un montón de planes que hicieron que la caída fuera demasiado alta.
En el embarazo de Alejandra, excepto el sueño mortal y algunos ardores, no tuve ningún síntoma propio del embarazo con este embarazo tampoco los tenía pero si sentía un leve dolor de regla que no se pasaba con las semanas.
Casi en la semana 7, y antes de hacerme ninguna ecografía, empecé a manchar un poco. Me pilló en medio de una fiesta, pero lo cierto es que durante todo el día no me encontraba muy bien, fui al baño y vi que había manchado, muy poco, pero ahí estaba.
Era una boda de tarde, no pasaron ni 3 horas cuando ya estábamos hablando de irnos, mi marido había bebido y me tocaba conducir no eran ni las 12 yo estaba bien pero muy preocupada y deseando que se hiciera de día para ir a urgencias.
Nada más llegar a casa tuvimos la mala suerte de que mi marido se tropezó se hizo una rajita en la cara, no era nada pero había tanta sangre que yo también me empecé a encontrar fatal, así que con ese panorama terminamos los dos en urgencias.
Lo suyo no era nada, sólo le dieron un punto y a mí por si acaso me mandaron al hospital a hacerme una eco, recuerdo ese viaje horrible, el hospital está a 15 ó 20 minutos y se me hicieron horas.
Una vez allí, me hicieron una eco y no se veía nada sólo el saco pero no había nada dentro Me dieron tres posibilidades ante esa evidencia:
Que estuviera embarazada de menos semanas de las que pensaba.
Que el embrión se encontrara fuera de la bolsa.
Que estuviera en pleno proceso de aborto.
El procedimiento habitual ante esta evidencia es hacerte un análisis de sangre en el que se determina el nivel de progesterona (hormona del embarazo). Te dan el resultado en 1 hora aproximadamente y en mi caso el nivel era un poco bajo.
Para cerciorarse, no recuerdo bien si a las 24 ó 48 horas, tenía que volver y si este nivel seguía bajando, casi a 100% sería un aborto espontaneo, y así fue.
Esas horas que ya ni recuerdo de cuántas, tengo una capacidad asombrosa para bloquear los malos recuerdos, fueron horribles por la incertidumbre, prácticamente no salí de la cama y no hable con nadie excepto con mi madre para darle la noticia.
Me propusieron tomar unas pastillas pero decidí esperar y que todo siguiera su curso de forma natural, no sé porque eso me consolaba, igual que lo hacia el no haber llegado nunca a verle. En unos días empezó la expulsión, empecé con dolores y en aproximadamente una semana mi ginecólogo me confirmó que no había que intervenir ni hacerme legrado, cosa que también me tranquilizó.
Pensé muchas tonterías como que si me hubiera quedado descansando en la cama en lugar de pasear durante horas por el hospital igual no hubiera pasado, que tal vez no me había cuidado lo suficiente, que tenía que haber tenido más cuidado a la hora de coger en brazos a Ale
Por suerte, todos los profesionales que me atendieron fueron delicados conmigo, y todos coincidieron en que nada que yo hubiera hecho hubiera cambiado las cosas, que si la cosa esta de ir bien va y que en mi caso no lo estaba
Esto tardas en creértelo pero aunque parezca mentira pronto lo haces (no quiero generalizar, pero yo lo hice pronto). A las pocas semanas ya estaba decidida a volver a intentarlo, sin miedo (bueno un poco te queda para siempre) y a por todas.
Acepté mi nueva situación, borré los planes rotos de la cabeza y empecé a consolarme pensando en que, si estaba predestinado a terminar así, mejor antes que después, mejor dentro que fuera.
Y con ese pensamiento empecé a mirar hacia delante seguiré con la historia otro día
Cualquier cosa que pueda ayudaros no dudéis en comentarme y a los que estáis pasando ahora por ello sólo me queda animaros y daros toda mi fuerza. La vida es así, pero las cosas pasan por algo, así que vamos a pensar que el cuerpo es sabio y está ahorrándole a esas criaturas un mal mayor.
Ánimo y mucha fuerza!!
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