AMORDESMADRE
Uno de los retos más comunes en el hogar es lograr que los pequeños asuman la necesidad de guardar los juguetes cuando se interesan por otros
Orden y niños es incompatible. Te lo digo yo que no paro de recoger, pero da igual que recojas, es darte la vuelta y en cinco minutos tu hijo es capaz de montar una auténtica pista americana de juguetes dentro de casa.Yo me esfuerzo, os lo prometo, es más, he desarrollado esa capacidad extraordinaria que nos permite recoger todos los juguetes sin mirar y ponerles en su sitio de manera automática. Seguro que os pasa.
Y lo bonito que queda la habitación recogida. La habitación, porque de la casa al completo no me acuerdo cuándo fue la última vez. Es estar acaldando una estancia cuando sabes que por la otra está pasando el huracán niño sacando y sacando y poco o nada recogiendo.
Vamos, ni un centímetro cuadrado disponible para poner un pie, porque con el otro seguramente hayas pisado una cabeza de Playmobil o un zapato de Barbie y te hayas acordado en toda su familia.
¿Por qué les costará tan poco desordenar y tanto recoger? Supongo que esto sea una carrera de fondo que termine cuando decida marcharse de casa. O no.
Soy consciente de que ellos no lo hacen a posta, no saben de la importancia del orden, ahí estamos nosotros para, una vez más, enseñarles.
Cuando juegan su única preocupación es pasárselo bien y van sacando sin guardar hasta que dejan de utilizar ese juguete y fijan uno nuevo como objetivo, descuidando esa pequeña responsabilidad de guardar el anterior.
A guardar, a guardar, cada cosa en su lugar. Esta canción suele funcionar, es como activar el botón del orden, sin embargo, el efecto no es eterno, sobre todo, cuando van creciendo y ya no les entusiasma la causa.
La batalla va por días, como en todo, hoy no recojo y mañana no hace falta recordarle porque, de repente, te giras y está recogiendo ella solita. Confieso que son muy pocas las veces que esto ocurre.
Y qué queréis que os diga, después de insistir varias veces en el recoge recoge yo te ayudo o venga, vamos a recoger juntas y darte cuenta que muchas veces no funciona a mí el lo que no esté recogido va a la basura suena demasiado drástico, pero suele causar un efecto ipso facto.
Tampoco espero un orden perfecto de una niña de tres años. Debemos ser consecuentes con su edad, lo importante no es hacerlo perfecto, es intentarlo y, poco a poco, lo vamos consiguiendo.
Os dejo, sigo con mi lucha de orden y limpieza.
Espero que disfrutéis de lo que queda de verano en familia.
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