AMORDESMADRE
Descubrir las reacciones espontáneas de los pequeños es una sorpresa constante
Inocencia y naturalidad definen esas primeras veces de nuestros pequeños.Lejos de los patrones sociales que vamos adquiriendo a medida que nos hacemos mayores.Se trata de descubrir el mundo y llenarse de nuevas experiencias que permanecerán en nuestra retina y el corazón de forma permanente, a nosotros los padres. Son placeres que nos regala la vida, descubrir sus reacciones y ver esas caras que lo dicen todo sin palabras.
Cada niño lo siente de una manera única, los bebés viven en una continua etapa de esas primeras veces, siempre dispuestos a probar sin miedos, sin ver el peligro ni ser conscientes de los pasos que dan, todo tan natural.
Y nosotros ahí siempre dispuestos a captar esa primera vez con nuestras cámaras o nuestros móviles, con imágenes o vídeos que luego guardaremos como oro en paño, intentando guardar infinitamente ese proceso y esa expresión.
Sobre todo, en el primer año de vida, desde su primer día de vida, su primer pañal, su primer baño, la primera risa, sus primeros dientes y sus primeras palabras, ese papá o mamá tan importante para los padres.
Experiencias, reacciones por ellos mismos y otras en las que les ayudamos nosotros a que las superen, como sus primeros pasos.
¿No os parece mágico?
Y las no tan mágicas como su primera fiebre, su primer chinchón o su primer virus. Estas otras primeras veces que se convertirán en nuestras primeras preocupaciones, las primeras angustias y los primeros sufrimientos por ellos. Donde nos daremos cuenta de que esto de ser padres es más difícil y trae consigo tantas alegrías como disgustos.Antes de una primera vez suele existir una última que no celebramos con tanto entusiasmo y más con pena o añoranza, pero que dan paso a nuevas etapas. Se trata de la antesala de su independencia y autonomía.
La última vez que usó pañal y dejamos paso al wc, la última vez que usa la cuna y pasa a la cama o la última vez que pisa el cole infantil y pasa al de mayores, esas últimas veces que dejan un sabor agridulce en las que cierras etapas y abres otras en las que les escucharemos muchas veces yo solita.
La clave está en respetar sus ritmos, de esa manera no habrá ninguna última vez de la que arrepentirse y muchas primeras veces de las que enorgullecerse.
Feliz semana.
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