Obviamente todos los padres y las madres, tenemos una constante en nuestro día a día: buscar que ellos sean felices, que tengan un futuro que les haga felices, que su actual presente se convierta en el futuro, en un pasado lleno de recuerdos felices, cuando crezcan.
Pero en algunos casos ese planteamiento, esa constante, es aún más complicado ya no de conseguir, sino ni siquiera de intentar.
De eso, precisamente sobre esta situación en la que viven miles de familias en España, de eso es de lo que habló el otro día la ONG Save the Children con un grupo de mamás blogueras, de la mano de Madresfera.
Una charla a la que mi GPS no quiso que llegara… ya os digo que cuando las cosas se ponen en contra…
Hablando en serio, muy en serio porque el tema lo es.
Estamos hablando de que en España hay 1.754.000 hogares formados por una madre o un padre y su hijo o hijos. Son las familias monoparentales, cada vez más frecuentes en las sociedades occidentales. Bueno, pues de esas el 82% son familias encabezadas por una mujer, una madre, son familias monomarentales. Una tipología de familias transparente, prácticamente invisibles ante las políticas destinadas a las familias, por otra parte las escasas, escasísimas políticas dirigidas a apoyar y ayudar a las familias, al menos en este país.
En este 82% más de la mitad de los niños viven en situación de pobreza. No somos realmente conscientes del número de niños del que estamos hablando y es una lástima que no les pongamos caras, nombres y conozcamos sus vidas, seguro que eso nos ayudaría mucho a despertar para exigir un cambio a esta situación.
Es fácil hablar de estadísticas y tantos por ciento, es sencillo decir que el 35’8% de los menores de edad están en riesgo de pobreza o exclusión social en nuestro país según el informe de Eurostat del 2014. Lo complicado es ver los ojos de un niño, de un amigo de tu hijo, de un vecino, de un compañero del cole, que se van detrás del bocadillo del recreo de tu hijo… eso es significativo y eso lo vemos a veces aunque no queramos darle la importancia que tiene.
Es sencillo hacer hincapié en que nada menos que el 53,3% de los hogares monomarentales está en situación de pobreza según datos del INE. Lo verdaderamente sincero, sería pensar porque ese vecino de arriba va en jersey de lana en casa y se sorprende tanto cuando baja a jugar con tu hijo y empieza a sudar porque sí, en nuestra casa sí hay calefacción en invierno.
Porque hablamos de que una de cada dos familias monomarentales tienen problemas relacionados con la vivienda, riesgo de deshaucio, impagos, deudas hipotecarias,… Una de cada dos. Es imposible no cruzarnos en la calle con alguna de ellas y lo importante no es que no lo veamos, es que ¿sabríamos verlo?¿querríamos verlo?
Comprar medicinas es para algunas de esas madres una misión imposible, normalmente medicinas para ellas, son esas las primeras en caerse de la lista de necesidades por muy necesarias que les sean, como seguir tratamientos o llevar a cabo determinadas dietas recomendadas para su salud.
Cuatro de cada diez no dispone de dinero suficiente para los gastos de la casa, cuatro de cada diez considera que su nivel de vida ha empeorado mucho durante el último año.
Ya veis, una situación que duele hasta imaginar que hiere hasta tratar de ponerse en los zapatos de esas madres, pero eso no quita para que tengamos ningún derecho a volver la cabeza. ¿Podemos hacer algo para romper su invisibilidad?¿Podemos luchar por sus derechos, por los nuestros, por los de sus hijos, por los de los nuestros?
Pues hagámoslo cuanto antes que la infancia es tremendamente efímera…