Vuelvo a leer a una autora después de la pausa de “La Noche Soñada” de Maxim Huertas.
Hoy os traigo un libro escrito y vivido por Maruja Torres del que no sale ilesa, es lo que tiene la vida."No quiero volver a ser la que fui, aunque soy quien soy gracias a todas las que he sido. Resumiendo: lo vivido vivido está."
“Diez Veces Siete” es el título de este libro en el que ella habla de ella como quiere, como sabe y a veces da la impresión de que también como puede y sólo como puede… aunque solo a veces.
Interesante y en ocasiones arrollador…
¿Os venís a conocer un poco más a esta superviviente?
La mirada pícara y la sonrisa de estar donde quiere estar.
Título : "Diez Veces Siete"
Autora: Maruja Torres
Editorial: Planeta
Y si quieres comprarlo en Amazon: Diez veces siete
Maruja Torres ha ganado el premio Planeta y el premio Nadal, ha sido corresponsal de guerra en el Líbano, en Panamá y en Israel, ha estado en el momento justo y en el lugar adecuado en la historia contemporánea internacional pero sobre todo y desde que era solamente una niña, Maruja es una superviviente nata.
"La quietud es un veneno lento que invade la mente con la misma tozudez con la que la decrepitud se va haciendo con zonas de tu cuerpo."
Vive en Barcelona y sigue escribiendo en prensa, se ha reinventado y de la redacción de ElPaís en papel ha pasado a la redacción virtual de la prensa 2.0 escribiendo en eldiario.es.
Lo primero que leí de Maruja fuera de las páginas de la prensa fue “Mujer en Guerra” (publicado en 1999) y me enganchó por completo, su forma de escribir es adictiva pero su vida aún más.
En 2014 publica “Diez Veces Siete” otra parte de su biografía donde abre más la puerta que da a su infancia y a los cimientos que la hacen como es después, que la hacen madurar y desarrollarse primero como mujer y después como periodista, como guerrillera de su propia dignidad.
Tuve la suerte de poder hacerla una minúscula entrevista hace muchísimos años en el gimnasio de un colegio de la zona sur de la Comunidad de Madrid, donde ella acudió a hablar a un montón de preadolescentes que quizás no la conocían ni habían oído hablar de ella más allá de lo que sus profesores les habían preparado para cuando ella llegara. Con que sólo uno de esos estudiantes se sintiera tentado por seguir sus pasos, estoy segura de que ella se daría por satisfecha."Sabido es que, cuando hueles algo que marcó tu olfato en la niñez, el cerebro te lo devuelve en forma de recuerdo."
Maruja delante, detrás un Líbano que se levanta de nuevo de sus cenizas...
“Diez Veces Siete” cuenta una reacción en la que muchas estamos empeñadas una y otra vez: reinventarnos.
Es extraño que a lo largo de una vida, una mujer no se reinvente unas cuantas veces, ella lo ha hecho siete veces, cada diez años o al menos eso es lo que dice… es sencillo echar cuentas para saber más o menos cuantos años tiene Maruja en el cuerpo, que no en el alma ni en su actitud ante la vida.
La lectura no es sencilla, no es fácil, no es fluída. Maruja requiere de toda tu atención cuando la lees, no va en línea, hace quiebros en su propia historia quizás por pudor, quizás por ganas de reírse de sí misma y del lector despistado. Ante una vida tan intensa no se puede hacer una lectura superficial, sería una falta de respeto ¿no? "Nada se deteriora con mayor rapidez que un país. Basta con enfilar por el camino equivocado hacia la meta errónea."
El libro no es especialmente voluminoso y sin embargo no da puntada sin hilo. Desde sutiles insultos a los que le han hecho daño a ella y a su oficio, hasta alabanzas llenas de sentimiento hacia los amigos y amigas que se han ido sin pedir permiso, antes de tiempo, de forma tremendamente injusta. Incluso ese punto de distancia, mezclada con desprecio y ninguneo hacia su madre o su padre y cargada de cariño y piedad hacia su hermanastra.
Del Líbano al Raval, los viajes son continuos y cargados de guerra, de luchas, de supervivencia… de vida a fin de cuentas.
De la miseria al trato con miserables en despacho de lujo.
Maruja Torres hace de su oficio su profesión, su capacidad de informar y analizar la información a la que ella tiene acceso, de procesar los datos, las relaciones que los generan y las intenciones que los difunden."Por un lado, el ansia de todo o nada. Por otro, la fría seguridad de que nada dura para siempre y todo termina muy pronto."
Periodistas para lo bueno y para lo malo... una magnífica película sobre este oficio.
Y un día se abrió un perfil en TW y lo cuenta sin ningún pudor, con el decoro de una niña. Y del papel pasa a la red y del “sacro santo” periódico de una época y de una “España” a Mongolia. Esto es saltar sin red y lo demás son ensayos.
Si os gusta el periodismo seguro que la leeréis o habréis leído ya estas “Diez Veces Siete” y a pesar de los pesares, de sus pesares, lo haréis con una profunda admiración mezclada con la más sincera envida, como me pasa a mí.
Por supuesto."Escribir para que me lean, narrar, me proporciona paredes en las que apoyarme, ventanas a las que me asomo, cuerdas que unen ventanas, vigas que soportan paredes. Construcciones efímeras, si queréis, pero verdaderas."
Obviamente no, no estoy sola en esto de leer o al menos no en lo de escribir sobre lo que leemos. Aquí tenéis los enlaces a los blogs de las lectoras que han tenido a bien unirse a este grupo ¡¡de lo más interesante!!:
1.- Marta se bebió este libro de Alba Corpas, "Me Emborraché para Olvidarte y Ahora te Veo Doble".
2.- Melisa escuchó atentamente la "Suite Francesa" de Irene Nemirovsky
3.- Marisa se trasladó "Al Este del Edén" de la mano de John Steibenk
4.- Bárbara se divirtió con los "sufrimientos" de Agustina Guerrero en su "Mamma Mía"
5.- Laura se dejó seducir por una amiga común, Patricia Tablado con su "Responde Primero a la Segunda Pregunta".
6.- Eva nadó con soltura por "La playa de los ahogados" de Domingo Villar
7.- Sonia caminó entre "Los girasoles ciegos" de Alberto Méndez.