Aunque muchos hombres están muy concienciados con la corresponsabilidad, la figura femenina sigue llevando casi todo el peso en los procesos de crianza
Antes de ir a la cama, tiendo la lavadora, no vaya a ser que coja olor a humedad, dejo preparada la ropa fuera para no despertar al resto por la mañana, preparo las cosas de la niña, mañana tiene gimnasia y no puedo olvidar que tiene que llevar el baby que está secando en el tendal.Dejo a la niña en el cole, tengo que recordar que necesito avisar a la profe porque el viernes nos toca la revisión en el médico, cuando salga de currar pararé a comprar pescado, hoy es martes y viene fresco, no me libro de ir al súper porque no queda leche.
Que no se me olvide que esta tarde tiene baile, hay que rellenar el impreso de la matrícula y lo mismo, antes del fin de semana, con natación porque luego no quedan plazas.
Al llegar a casa, recojo el desastre de juguetes que ha dejado la niña en el salón, ¿y este calcetín? A la lavadora, mientras sujeto con la otra mano los cacharritos y me acuerdo de la cena, ¿qué hago para cenar? Huevos y patatas, ah no, que eso ya se cenó ayer, tengo pescado fresco, seguro que algún acompañamiento se me ocurre mientras cambio las sábanas.
Así, una detrás de otra, como robots programados con listas de tareas invisibles en las que vamos tachando mentalmente.
La carga mental normalmente la soporta la mujer y esto es una realidad.
Hace un tiempo realicé una encuesta en mi red social Instagram en la que preguntaba sobre quién realizaba en casa las diferentes tareas del hogar y, sorprendentemente, no estaba tan desproporcionada la balanza, hay bastante corresponsabilidad, en general.
Sin embargo, mi última pregunta fue: ¿Quién lleva el peso de la carga mental? Y el 97% respondió que la mujer. La carga mental normalmente la soporta la mujer y esto es una realidad. La más importante, la que más cansa y la más olvidada cuando nos toca repartir tareas.
Ese esfuerzo mental constante de estar pendiente de todo, darse cuenta de qué hace falta, la logística, planificación, coordinación, comprobar, supervisar, anticiparse o tomar de decisiones para que todo funcione bien.
Es cierto que muchos hombres están muy concienciados con la corresponsabilidad, no es como antes que la figura femenina llevaba todo el peso doméstico, sin embargo, ellos aún siguen sin atravesar ese muro y muchos son meros ejecutores de órdenes que nosotras les damos, generalmente, después de insistir más de una vez.
La mayoría de nosotras lo hacemos casi por instinto, nuestra cabeza no para de trabajar, mientras que ellos se esperan a la instrucción, les cuesta coger el mando, y nos dejan en nuestras manos las decisiones.
Obviemos las habilidades de escaqueo o el me lo podías haber pedido que muchos utilizan como excusas en las tareas del hogar, muchas mujeres reconocen que sus parejas colaboran pero que hace falta pedírselo. Esto suele generar mucha desigualdad, descontento, aumenta el estrés y acaba en muchos conflictos de pareja.
En España, 3 de cada 4 mujeres sufre carga mental, aunque un 40% de ellas desconoce el concepto y el 45% nunca ha hablado de con nadie de este asunto.
Este problema deriva en sentimientos de culpabilidad y falta de priorización de una misma.
La carga mental es exactamente lo que se esconde detrás de una mujer agotada, un trabajo no reconocido que deriva en cansancio, dolores, irritación, sentimientos de culpabilidad y falta de priorización de una misma. Una pesada mochila de pensamientos, de hay que o la sensación de que el bienestar del resto de familiares depende de ellas día tras día. Con la maternidad esta carga aumenta notablemente, más miembros más responsables de que todo fluya en casa.
Otras muchas veces, esa carga es silenciosa y pesada, somos nosotras mismas las que asumimos la carga mental con comentarios como Ya lo hago yo, que acabo antes, Vale más hacerlo que mandarlo, Cuando estés en el súper me llamas y te digo que hay que comprar, o el No vengo a comer pero os he dejado preparada la comida. Mal si queremos liberarnos un poco.
Os dejo un vídeo sobre un experimento que realizó Procter & Gamble y hacer visible esta problemática tan invisible. El resultado es impresionante, evidenciando la desigualdad de cargas en las parejas.
Y, sí, no niego mi carga mental, pero también tengo mis momentos para dedicarme a mi misma o a mi blog.