A la mañana siguiente, lo mismo: te levantas pensando en las mil cosas que hay que hacer para la casa (compras, menú, limpieza, arreglo, trámites) y para tu familia (tareas, deportes, agendas, comunicaciones con el colegio, con otros padres y varias cosas más) incluidas sus necesidades emocionales. Sales a trabajar, a hacer tus cosas, pero siempre con estos pendientes en tu mente. Están ahí cuando te acuestas, están ahí cuando te levantas.
Todos estos pendientes que rodean el cuidado del hogar y la atención de todos los seres vivos que habitan en ella (incluidos mascotas y plantas), todo este trabajo no remunerado e intangible (que siempre recae sobre las mujeres) se conocen como ¨trabajo invisible¨. Un trabajo que mientras esté bien hecho nadie lo nota (pero, al segundo que algo falla sí que lo notan) se conoce como ¨carga mental¨. Una carga que habita la mente de todas las mujeres y se vuelve más pesada una vez que nos volvemos madres.
Y así todo el día, todos los días.
Esta es la carga mental. El tener bajo tu responsabilidad la administración, coordinación, planificación (e incluso) la ejecución de las actividades, eventos, invitaciones, temas médicos y necesidades educacionales y emocionales de los hijos y el hogar.
Nuestras parejas nos pueden ayudar y claro que lo hacen. Pero, nosotras les tenemos que decir el cómo, cuándo y dónde. Y, muchas veces, es tan pesado y complicado tener que dar tantas instrucciones que preferimos ahorrarnos el trámite y prescindir de su ayuda. Es tal como lo describe Emma Clit en sus cómics, si estuviéramos en una corporación nosotras seríamos las ¨líderes del proyecto¨ y nuestras parejas serían nuestros subalternos. Pues, al final ¨el proyecto hogar¨ es nuestra responsabilidad. Y por eso, no hacen nada extra de lo que específicamente les hemos pedido.
Y este es el motivo por el que hablar de la carga mental de la maternidad es importante, porque existe, porque pesa y porque, como pasa siempre cuando te ascienden a líder de proyecto, dejas de tener tiempo para ejecutar las acciones del proyecto porque no puedes hacerlo sola. Pero, las madres no podemos permitirnos el no participar ejecutivamente en el proyecto hijos. Debemos hacerlo, aunque la carga mental sea pesada. Aunque no sea compartida, aunque necesitemos ayuda.