Recordé que unos meses atrás, me escribió una mamá muy preocupada porque su hijo – de 5 años – quería dormir todas las noches en su cama y con su chupón. Que por más que ella le hablaba, le había decorado el dormitorio con su personaje favorito, que habían hecho el ritual de dejar el chupón, igual el niño se pasaba todas las noches a su cama con el chupón. No había forma. Esto además de tenerla agotada, le generaba problemas con su pareja puesto que él le echaba la culpa a ella por mal acostumbrarlo y no devolverlo a su cama inmediatamente.
Y así como éstas, hay miles de historias en la que a algunos niños les cuestan las transiciones un poco más y en nuestra desesperación por verlos crecer, porque no sean los últimos del salón en dejar/hacer algo, nos abrumamos y buscamos culpables. Y claro siempre, siempre, siempre las más grandes culpables de todo lo que les sucede a nuestros hij@s somos y seremos nosotras: sus madres. Porque al parecer los padres (aka papás) esos que, por lo general, nos echan la culpa a nosotras de todo, al parecer no son responsables ni tienen voz ni voto en la crianza de los niños.
No importa que suceda, la sociedad (y por sociedad léase padres, madres, abuelas, suegras y demás) siempre nos criticara que somos demasiado permisivas, o demasiado estrictas, o que no nos dedicamos lo suficiente, o que los sofocamos con nuestra presencia. En fin, la lista es interminable. Pero, lo cierto es que NO somos culpables de nada. No es nuestra culpa si la niña no está lista aún para dejar el pañal. No es culpa de nadie, quizá está pasando por algún momento emocional en el que necesita aferrarse a lo conocido. Tampoco es nuestra culpa si el niño no deja el chupón. Ese chupón probablemente le calma mucho la ansiedad que le genera el crecer. Ya lo dejará en su momento, cuando esté listo.
El desarrollo de los niños es dispar. No es culpa de nadie si se demora un poco más en aprender a hablar o a leer. No todos aprendemos todo de la misma manera o al mismo ritmo. Además, el desarrollo del ser humano viene con muchos altibajos. Es lo normal aprender, avanzar y luego retroceder un poco. Es cierto que los factores ambientales como la estabilidad del hogar, el cariño y el vínculo con los padres influyen fuertemente en lograr un desarrollo óptimo y una salud mental sólida, pero no son determinantes.
Si tu hij@ está pasando por un momento difícil en su desarrollo ayúdalo transmitiéndole calma, seguridad, cariño. Acompáñalo durante el proceso de crecimiento. No entres en el juego de las culpas. No permitas que te hagan sentir culpable, pues no lo eres. De igual manera, no hagas sentir culpable a nadie. Haz lo mejor que puedas acompañando a tu hij@, dale mucho amor y si algo te preocupa más de la cuenta, consulta a un especialista. Pero, eso sí, a la culpa dile NO.