Veo el espejo y la imagen no es la misma, las ilusiones han mutado, las fantasías se evaporan y la realidad es amable o te golpea, todo es bien recibido, es aceptado y aunque sea difícil, se agradece.
Cada día se vuelve una oportunidad de comenzar de nuevo, es una página en blanco donde puedes escribir un capítulo distinto, mas profundo, mas sincero, sobre todo mas honesto, conforme pasa el tiempo eso es lo que se va profundizando, la honestidad hacia tu persona, la lealtad hacia tus principios y valores, no los sueltes, aférrate a ellos, al final del día son tu esencia, tu reflejo, el legado a tus hijos, lo que recibiste de forma amorosa de tus padres y hoy los haces tuyos, los transformas, los acomodas y lo transmites.
Pasa el tiempo y los recuerdos regresan con fuerza pero no cambian tu presente o definen tu futuro, mas bien suavizan el destino con el que te encuentras, fueron el origen y lo tienes mas que claro.
A los 40 me veo al espejo y veo que el tiempo pasa, incansable, sin piedad y no te pide permiso, levanta la cabeza, observa hacia el frente y vive con intensidad lo que la mañana te regale.