que el agua sucia que corre por el río,
el árbol que crece torcido,
el petirrojo que salta entre las piedras.
Creemos que somos más,
que el cielo nublado y la lluvia
el insecto que se atreve a acercarse al brazo
la piedra dura al sol.
Y no somos ni más; ni menos,
que el complemento a este universo.
Los que pueden reflexionar,
entender, escribir o pintar…. sobre lo que ven.
Si queremos ser conscientes ¡claro!
Si es verdad que el árbol, el petirrojo,
la piedra o el insecto no son conscientes y yo sí.
Si es verdad (que no lo tengo tan claro)…
Yo podría ser la consciencia de ellos,
Y su voz…. ¿no? ¡Menuda responsabilidad!
Y ¡qué oportunidad tan maravillosa!
Creemos que somos más
que el que viene de otro país,
el que mendiga o roba,
aquel que tiene demencia o está enfermo.
Creemos que somos más
que la fruta inmadura caída al suelo,
el perro cazador cojo,
la parra medio seca del jardín.
Y no somos sin más; ni menos
que los que juzgamos que es correcto o incorrecto,
que vale y que no sirve,
con nuestra inteligencia humana.
HUMANA, sí.
Si queremos, podemos ser conscientes de verdad,
y nuestra mirada se amplificará,
y descubriremos que todo tiende al equilibrio,
aunque no lo comprendamos.
Podemos elegir ser conscientes,
y sólo así sentiremos una gran paz
en medio de este universo infinito.