La cosa es que viendo una de las charlas de TED, una de Jennifer Senior, de alguna parte del lóbulo frontal de mi cerebro de padre gañán ha surgido una chispa eléctrica que ha conectado una idea con otra. "Y si el Objetivo ya estuviese conseguido" Quiero decir él, mi hijo, ya es así, y no sólo él, la mayoría de los niños de 4 años de occidente ya son así. Aprenden idiomas con gran facilidad, y con mejor acento que nosotros. Son sensibles y fuertes al tiempo, no recuerdo un niño que se queje demasiado por una caída o un golpe, una vez que ha pasado el llanto inicial por el dolor o el susto. Los niños no se enganchan al pasado ni se quedan ensimismados en sus heridas, se les pasa y siguen adelante con lo que estaban haciendo. Son creativos, exploradores, valientes, y lo son ahora, en el presente. Se nos puede pasar de largo que ellos YA SON FELICES!!
No sé si es que nosotros proyectamos en el futuro de ellos nuestro presente, y con ese presente nuestras propias carencias,. Pero son NUESTAS carencias, no las de ellos.
Otra idea que se me ocurre es que está generalizada una idea sobre la felicidad no apta para diabéticos, y que a mí me parece peligrosa. Una cosa es ser feliz y otra estar contentos y eufóricos. Ser feliz tiene que ver con estar tranquilo, activo y consciente , tiene sus altibajos, pero si lo pudiésemos dibujar con una línea de lápiz sería como una onda suave. Estar siempre contento, así en plan eufórico, eso otro objetivo vital, que yo no comparto, pero que sí lo hacen todos los cocainómanos del universo. Seamos sensatos, los niños experimentan todos los estados de ánimo de manera natural y no pasa nada, y son felices y nosotros nos estamos estresando gratis .
Claro, entonces ¿ Cuál es nuestra función como padres? Cada día estoy más convencido que consiste básicamente en:
Darles de comer
Vestirlos
No dejar que se maten
Cuidarles cuando están enfermos
Siempre contestar a sus preguntas
Cumplir nuestras promesas (también cuando son castigos, así que ojito con lo que se promete)
Y sobre todo mantener un entorno de experiencias nuevas que estimulen su curiosidad natural para que puedan explorar y aprender.
No intervenir demasiado, estorbamos más de lo que creemos.
Dentro de las capacidades económicas de cada familia, y el que escribe no está en la situación más boyante de mundo ni mucho menos, a los chiquillos hay que moverlos. Llevarlos al teatro, si no hay dinero al de calle, ir a tirar piedras al rio, dejarles romper cosas, poco a poco usar pequeñas herramientas, ayudar en la cocina, exponerlos a otros idiomas y culturas, ponerles música y darles instrumentos musicales, que pinten, que dibujen, que modelen, que se manchen hasta arriba. Están aprendiendo y siendo felices, y si no lo estropeamos pueden llegar así a su vida adulta.
*Todos los Padres y Madres , salvo esos psicópatas que salen de vez en cuando en las noticias y te dan ganas de vomitar.