Hace exactamente UN AÑO que aterrizabas en nuestras vidas para llenarnos del amor más grande y puro que pueda existir. No podía dejar pasar esta fecha sin contarte cómo han sido estos maravillosos e intensos 365 días a tu lado. Quiero pensar que algún día nos cogeremos de las manos y recordaremos todos estos momentos como si fueran hoy.
Llegaste al mundo con los ojos bien abiertos, observando todo a tu alrededor y dejándonos caer que tú eras de las que no se perdía ni una. No lloraste apenas nada, te guardabas esa sorpresita para las noches siguientes. Tampoco ibas a ponérmelo fácil con la lactancia materna, ni los primeros dos meses en general pero eso (como me pasó con los dolores de las contracciones) ya está más que superado. Sigues necesitando tus dos-o-tres bibes nocturnos, dormir abrazada a nosotros, sentir que estamos siempre a tu lado aunque tú estés a lo tuyo… Sin embargo, observo cómo vas transformando todo ese apego en independencia y eso me hace sentir felicidad y miedo a partes iguales. Es una sensación un poco extraña, que seguramente entenderás cuando tú seas mamá.
Tu juguete favorito se llama Lolita y la buscas (y te busca) continuamente para jugar. Os adoráis y nosotros adoramos vuestra complicidad. Te encanta la fruta, lo que más en el mundo. Y odias que te agobien, la silla del coche y cualquier artilugio que consiga retener tus ganas de comerte el mundo.
En los últimos doce meses he llegado a llorar de impotencia, alguna vez de cansancio (trabajando por las noches para no perderme ni un segundo de ti) y otras de pensar que me tendrían que amputar un brazo si te sostenía un par de horas más. No ha sido fácil, pero la recompensa es tan inmensa que hace que todo, absolutamente TODO haya merecido la pena.
Me quedo con tu sonrisa permanente, con esas carcajadas que nos regalabas ya desde bien chiquitina. Con tu increíble curiosidad por todo lo que te rodea. Con tus abrazos de oso que me dejan sin respiración. Con tu manera de acariciar mi cara en mitad de la noche para sentirte segura. Con los abrazos a papá nada más despertarte. Con tu precocidad extrema. Con todo lo que me cuentas ‘en hebreo’, como dice el abuelo. Con el momento en que dijiste ‘mamá‘ por primera vez, allá por el quinto mes. Con tus primeros pasitos que celebramos por todo lo alto. Con ese dedito que señala todo sin parar. Con el indio, con las palmitas y con los besitos al aire. Con tus bailoteos y ese movimiento de hombros a lo Beyoncé que nos tiene a todos encandilados. Con la ‘pesturria’, tu palabra favorita y la mía cada vez que te veo mearte de la risa. Con como entiendes todo y te quieres hacer entender. Con tu personalidad arrolladora. Con como me quieres y con lo que has despertado en mí. Me quedo con absolutamente TODO lo que eres. Ni en mis mejores sueños te habría imaginado tan perfecta. Gracias y mil veces GRACIAS por el año más fascinante de mi vida. Feliz cumpleaños, mi amor.
Y así, como una magdalena, os dejo con las primeras fotos de la sesión que hicimos el lunes con Paula Pellicer. La semana que viene os enseño las más divertidas, las del pastel y el video que nos hizo en ‘plena acción’
Un abrazo a todos y gracias por estar ahí.
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