Aunque las leyes en el Ecuador todavía no tienen exigencias de cómo exactamente se debe transportar a los niños pequeños, hay una amplia gama de asientos para bebés y niños dentro del mercado nacional que nos han ayudado a modernizar la manera de llevar a nuestros pequeños por las calles congestionadas de Quito.
El Ecuador tiene la segunda tasa más altas de América Latina en cuanto se refiere a la mortalidad infantil por accidentes de tránsito. Un estudio comparativo de siniestralidad infantil realizado en el 2013 por la fundación MAPFRE se enfocó en países latinoamericanos y los comparó con otras naciones del mundo donde la siniestralidad infantil es baja. Así, el país con mayor cantidad siniestralidad infantil es El Salvador, donde cada año perecen 95 niños por cada millón de habitantes.
En el Ecuador el promedio es de 65 muertes infantiles anuales por millón de habitantes, un índice preocupante a comparación de Suecia o España, donde hay seis muertes infantiles por millón de habitantes cada año en accidentes automovilísticos.
Nuestros vecinos, Colombia y Perú, promedian índices de 25 y 31, respectivamente. El índice más bajo de América del Sur se lo lleva Chile, con 20 muertes anuales. El país conosur logró bajar este índice con dos medidas. Primero aprobó una ley en el 2006 que exige el uso de sillas de retención infantil. Luego, en el 2010, lanzó una campaña pública para educar a padres sobre la importancia de usar estas sillas.
“Lastimosamente en el Ecuador la seguridad vial no es muy resaltada,” comentó una agente de tránsito de la Agencia Metropolitana de Tránsito. Ella explicó en una entrevista reciente, que la ley estipula que los niños menores de 12 años deben sentarse en la parte de atrás del vehículo y usar el cinturón de seguridad.
Sin embargo, en cuanto se refiere a sillas para niños, la agente admitió que no hay nada en la ley que mencione el uso de estas sillas, y que por lo tanto estas seguridades son cuestión del “sentido común de cada uno.”
Para los padres quienes ponemos como prioridad la seguridad de nuestros hijos, el asiento de bebés y niños pequeños es indispensable para un paseo en carro. Sin embargo, hay situaciones en las que simplemente no tenemos acceso a estas medidas de seguridad, como es el uso de transporte público. Aún en los países más exigentes, los taxis, por ejemplo, no vienen equipados con asientos para bebés. Esta es una excepción a la ley en naciones como Australia, Inglaterra, Estados Unidos, entre otros, pero existen varias recomendaciones para asegurar a los pequeños en estas circunstancias.
Primeramente, se le debe dar al niño o niña su propio asiento. El sentarse en las piernas de la mamá no es una buena idea, pues en caso de que hubiese un accidente, le será imposible a la madre retener al pequeño, y el ángulo en que esté sentado lo impulsará más fácilmente hacia al frente. Así, si el pequeño puede sentarse por sí solo, es mejor darle el asiento de la mitad, que es el lugar más seguro del vehículo, y abrocharle el cinturón de este asiento, conocido como cinturón de dos puntos, que solo cubre la cintura.
El sentarse con el niño en las piernas y ponerse el cinturón por sobre la madre y el infante es también una muy mala idea, a pesar de que nos parezca que el niño va más seguro de esta manera, lo cierto es que en caso de un accidente o un simple frenazo esto podría causar graves lesiones al niño, pues la madre podría aplastar a su bebé.
Lo más recomendable es llevar el asiento de carro si tienes uno, y si no, entonces ponte tu el cinturón de seguridad (no alrededor del bebe) y sostén a tu bebé lo más seguro posible. Algunas mamás también usan sus fulares como una forma adicional de sostener al bebé, pero no hay estudios que demuestran su seguridad.
Para los pequeños que están acostumbrados a las restricciones de un asiento para bebés, el paseo en un taxi puede ser una emocionante oportunidad para ver por todas las ventanas, sentarse, pararse, subirse en la mamá, bajarse al piso del vehículo, etc. No es cosa fácil, pero como madres, debemos hacer el esfuerzo de explicar e imponer las medidas de seguridad en los taxis y buses como en cualquier otro vehículo como pedir que el conductor del taxi bloquee las puertas y las ventanas del carro.
Las abuelitas se han de reír de vez en cuando, y nosotras nos reiremos con ellas, porque en verdad, sí, a veces parece que nos pasamos el día entero abrochando y desabrochando cinturones. Como diría mi abuelita, más vale prevenir que lamentar.
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