Llevábamos mucho tiempo queriendo rascar tiempo para una escapada fuera de Madrid en familia. Nuestras agendas son complicadas, sobre todo la del Santo que trabaja muchos fines de semana, y los niños han comenzado con sus campeonatos de fútbol, lo que implica mañanas comprometidas en llevar y traer niños de polideportivo en polideportivo.
Y aunque en un principio teníamos planeado visitar Cuenca, las circunstancias una vez más se pusieron en nuestra contra y tuvimos que buscar algo más cerquita que nos permitiera volver pronto a Madrid. Así que buscando en internet posibles destinos cerca, nos quedamos con el Puerto de Canencia.
¿Por qué? Porque estábamos necesitados de campo, de árboles, de sentir el otoño y de no hacer nada en particular. Así que nos pusimos rumbo a la sierra en dirección Miraflores.
La carretera advierto que no es precisamente cómoda. Es estrecha y con mucha curva, pero merece la pena el paisaje y sobre todo lo que te espera arriba del todo.
A diferencia del cercano Puerto de la Morcuera, al ser más bajo, está prácticamente arbolado en su totalidad. Primero por abedules y después cuanto más arriba por puro pinar. Por lo que puedes encontrar sombra en verano, pero zonas despejadas en invierno donde tumbarte al sol como hicimos nosotros.
Hay muchas mesas para comer, hacer un picnic monísimo, o sentarte tranquilamente a tomarte un buen bocata de tortilla de patata como llevábamos nosotros. Porque esta vez tuvo prioridad el disfrutar que el aparentar, y nuestros bocadillos, fiambre loncheado, unas manzanas, cervezas y agua en abundancia para los peques fueron suficientes. Ni mantel. ni vasos, ni vajilla de plástico…también en parte, porque no sabíamos muy bien donde terminaríamos y si había que comer en el coche, pues se comía en el coche.
Al final la sorpresa fue estupenda y encontramos un sitio idílico donde pasar el día. Hacer una caminata, y sobre todo dejar que los niños corran, salten de roca en roca y se imaginen mil aventuras. Y si no…a las imágenes me remito.
su fortaleza durante horas
la cometa siempre viaja con nosotros, nunca se sabe…
nueva afición: cazar lagartijas (imprescindible llevar guantes de portero)
La zona permite hacer pequeñas excursiones con los niños, nada complicadas y muchas de ellas marcadas para no perderse. Los niños estaban emocionados buscando la siguiente marca.
He de reconocer, que a pesar del madrugón en día festivo, merece la pena organizarse. Seguimos en busca de nuevos lugares así, donde disfrutar de estos momentos en familia. Por cierto, casi sin cobertura. ¿Conoces alguno?
Nosotros te proponemos estos otros:
Sotosalbos con niños
Parque del Capricho
Visita a Riofrío
Otoño en La Granja
Excursión con niños: La Granja
El Burgo de Osma
Un beso,