Hace aproximadamente 10 años, Miguel del Hierro empezó a moldear la idea de convertir parte de su quinta cerca de Tababela en un lugar para niños. En un viaje a Argentina, cuenta el ahora conocido granja Tío Miguel, tuvo la oportunidad de visitar La Granja del tío Achocolatada, un espacio de 40 hectáreas a menos de una hora de Buenos Aires, dedicado a entretener niños de todas las edades con juegos, campamentos, piscina, y sobre todo animales de granja. Fue entonces que del Hierro se convenció de hacer realidad su sueño.
Hoy en día la quinta de la familia del Hierro ofrece una hectárea de espacios adaptados para niños, donde se encuentran establos marcados con varios animales de granja. Una laguna alberga un grupo de patos y gansos frente al comedor, el cual, del Hierro cuenta con orgullo, fue especialmente construido más alto, para que los padres se puedan sentar en la sombra y desde ahí ver a sus pequeños jugar. “Aquí los padres les dejan pastar a los niños,” dice el Tío Miguel, riendo.
El negocio familiar es visitado entre semana por grupos colegiales y guarderías, mientras que en los fines de semana se hacen eventos de grupos grandes, a veces reuniones familiares donde se conocen primos lejanos, bodas, o grandes celebraciones de cumpleaños.
“Para nosotros es una buena opción porque hay actividades para los niños y el costo no es alto,” cuenta María Augusta Espinosa, madre de familia encargada de organizar el paseo de integración del grado de su hijo. Así, un sábado por la mañana, los padres e hijos del cuatro grado del colegio Terranova se encontraron en la Granja de mi Tío, donde les espera un tour de patos, gansos, borregos, chivos, vaca, alpacas y hasta un caballo. También disfrutaron de refrigerios y un almuerzo completo en un comedor cubierto, al aire libre.
“Tenemos grupos de varios colegios que vienen todos los años,” cuenta del Hierro, quien se ocupa de los detalles técnicos del tour mientras su esposa, Salomé, guía el tour, explicando los hábitos y características de cada animal de la granja de mi tío.
En Quito, los niños que tienen la oportunidad de conocer animales de granja cara a cara ha ido disminuyendo a medida que el centro urbano se ha desarrollado en las últimas décadas. También durante ese tiempo, las alergias e intolerancias del sistema inmune se han disparado en la población a nivel mundial. Entre las varias razones que los expertos señalan para esta baja tolerancia que tienen hoy los niños y adultos, se encuentra justamente la falta de contacto con animales domésticos. Investigadores de la universidad Eastern Finland, en Finlandia, han encontrado alteraciones del sistema inmune asociadas con la alergia relacionadas con la convivencia durante la infancia con animales domésticos, tanto gatos y perros como animales de granja.
Los niños del colegio Terranova se limitan a pasar ramas de alfalfa a los varios animales de cada establo. Algunos se esconden detrás de sus amigos, y todos se asustan cuando los chivos traviesos tratan de trepar la cerca. La mayoría de niños ya han visto animales de granja en otras ocasiones, pero no siempre han estado tan cerca ni han podido darles de comer.
México, Honduras, Argentina, Perú, entre otros países Latinos, están desarrollando un mercado de amplias opciones para padres que buscan exponer a sus hijos citadinos a las experiencias de granjas. En Quito por lo pronto hay cinco de estos negocios, incluyendo la Granja de mi Tío, en Tababela. Ya son pocas las quintas donde se ven reunidas grandes familias los fines de semana, como era tan común en los suburbios de la capital hace algunos años; ahora, las granjas de tíos y abuelos se van convirtiendo en negocios y lugares de eventos para quienes añoran pasar un día en el campo.
La Granja de mi Tío está ubicada en Tababela, camino al nuevo aeropuerto.
Para hacer una reservación, por favor llamar al 0998025497 o al 0999804809.
También puedes visitar la página web http://lagranjademitio.com.
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