La granja se llama Can Castellví, y tiene un Restaurante con el mismo nombre.
Para quién no lo sepa, aunque supongo que ya lo sabéis todos, una granja escuela, es un tipo de granja especialmente destinada para que los niños tengan contacto con los animales de granja. Se suele ir de excursión con la guardería o colegio. Y los niños pueden dar de comer a los animales, acariciarlos o incluso montar a caballo/poni.
Este tipo de granjas normalmente los sábados, domingos y festivos abren para todo el público. Y aprovechamos y fuimos a pasar la mañana.
Nuestra experiencia en esta granja fue buena, tienen varios tipos de animales, y excepto las aves, los niños pueden tocar todos los animales. Las aves están en jaulas. Hay patos, pavos reales, gallinas, gallos, etc.
Hay una zona tipo establo, donde tienen animales como ovejas, cabras, emús (2 sueltos), cerdo vietnamita, conejos... aquí pueden entrar los niños y tocarlos, aunque no están en libertad, pero se accede fácilmente a ellos.
También hay caballos y ponis donde los niños pueden darse un paseo, existen diferentes modalidades, según lo que se pague hay paseos de media hora por alrededor de la granja, o 4 vueltas al establo. Nosotros montamos al enano, que ahora tiene 2 años, y le encantó, ya os digo que después no quería bajar... jijiji
En la entrada de la granja hay una pequeña zona de picnic, y un par de columpios. He de decir que la zona de picnic estaba un poco dejada bajo mi punto de vista, y los columpios eran 2 neumáticos que rozaban el suelo, yo creo que deberían poner más cariño en esa zona, y más aun tratándose de la entrada a la granja.
Como os comentaba al principio, también hay un Restaurante en la Granja, y ya que pasamos por allí, como buenos viajeros gastronómicos que somos, nos quedamos a comer.
La comida era de buena calidad, nada excepcional, pero buena. El ciervo estaba muy rico, jugoso y sabroso, pero los macarrones del niño no entusiasmaban. Los postres son la joya de la corona, tienen variedad y muy ricos.
Cosas que no me gustaron del restaurante, que los platos del día no los pongan en la carta, el camarero se puso a recitar la ristra de platos, como si tuviera memoria infinita... si hay más de 2 o 3 platos del día, no cuesta nada incluir una nota en la carta para revisarlos con calma.
Otra cosa que no me gustó, es que a la hora de hacer la reserva previa por teléfono, no me preguntasen si quería mesa en terraza o dentro. Al menos al llegar nos preguntaron si iba bien en terraza.
Conclusión, ya sea ir a esta granja escuela o a otra, es una experiencia muy bonita y divertida con los pequeños de la casa. Esta granja no era demasiado grande, así que un buen plan es pasar la mañana y comer allí.
Seguramente vayamos a más granja escuelas, ya que la experiencia nos gustó bastante. Iré opinando sobre cada una de ellas en el blog :)
Un saludo!